El 'grupo de los ocho' latinoamericano debate en lca su futuro sin la presencia de Panamá
Siete presidentes del grupo de los ocho (Argentina, Brasil, Colombia, México, Perú, Uruguay, Panamá y Venezuela) iniciaron ayer en Ica (Perú) su tercera cumbre con más de dos horas y media de discursos, bajo un calor sofocante, en los que la deuda externa y el narcotráfico, fueron los temas más repetidos. De Panamá, el octavo país del grupo, suspendido por su situación antidemocrática, sólo habló el anfitrión, el peruano Alan García, y el venezolano Carlos Andrés Pérez, que pidió a sus colegas una toma de postura ante la dictadura militar abierta que vive el país del Canal.
En el complejo hotelero de lca, una especie de oasis en medio del desierto de la costa peruana, situado 300 kilómetros al sur de Lima, los presidentes se presentaron bajo una carpa que sumió en sudores y sofocos a todos los presentes. Entre las filas de diplomáticos y miembros de las delegaciones gubernamentales muchos optaron por quitarse la chaqueta y quedar en camisas. Los presidentes aguantaron el calor. Todos llevaban trajes oscuros, salvo el uruguayo Julio Sanguinetti, que iba de chaqueta clara. El argentino Carlos Menem, nuevo en estas lides, fue quien mostró la menor resistencia al escuchar las palabras de sus colegas, y con frecuencia se enzarzaba en conversaciones con sus vecinos, Alan García y el colombiano Virgilio Barco.Junto con Menem debutaron ayer en el grupo de los ocho otros dos Carlos: el mexicano Carlos Salinas y el venezolano Carlos Andrés Pérez. El trío de los Carlos tiene en común, además de su onomástica, el hecho de pertenecer a partidos políticos de corte más o menos populista, pero que aplican en sus países políticas de ajuste marcadamente antipopular. A la hora de los discursos, que abrumaron al público durante más de dos horas y media, cuando el programa había previsto sólo 45 minutos para la ceremonia inaugural, el venezolano Pérez batió todas las marcas.
Pérez fue el último en hablar, y necesitó 35 minutos para exponer sus ideas. A una distancia de 10 minutos le siguió, con 25, el primer orador, el peruano García, que en esta ocasión leyó su discurso y no habló libremente como en anteriores cumbres. Los más breves fueron el argentino Menem y el brasileño José Sarney, que habló en español, y se conformaron con 16 minutos cada uno. El uruguayo Sanguinetti fue el único que habló sus 20 minutos sin texto escrito y dio, como en anteriores cumbres, una auténtica exhibición de su pirotecnia retórica. Él y García se disputan siempre el premio a la mejor oratoria. Con una dosis de humor malvado, alguien comentó entre el público presente que "si Alan García gobernara tan bien como habla, este hombre sería un genio y Perú un paraíso".
En sus palabras de bienvenida, García reconoció que "cada uno de nosotros afronta, en mayor o menor medida, violencia, crisis, adversidades", y añadió que en la integración de América Latina está la solución de fondo.
García pronunció el discurso con mayor contenido de los siete, pasó revista a la situación mundial y destacó una "apasionante reestructuración del mundo que conocimos" con el acercamiento entre las dos superpotencias enfrentadas.
Relación Norte-Sur
En este punto de su discurso advirtió García contra la sustitución de la relación Norte-Sur por "una nueva relación económica entre el Este y el Oeste" debido a que el Sur está empobrecido y ha dejado de ser interesante económicamente. "EE UU, Europa y Japón apuntan hoy esencialmente a convertir a miles de millones de soviéticos, chinos y europeos del Este en consumidores de su tecnología y de sus capitales, y así, paradójicamente, la deuda que se cobra a América Latina y al Tercer Mundo puede terminar colocada en la invasión de los nuevos mercados del Este", dijo el presidente peruano.García apeló a que América Latina actúe unida.Después de atacar al Fondo Monetario Internacional (FMI) como un obstáculo para el relanzamiento de la economía, propuso García "dar una dimensión pragmática a la integración". García dijo que hay que tomar 1992 como fecha crucial "para el verdadero descubrimiento de América por los latino americanos". El presidente peruano saludó "al pueblo panameño y sus líderes populares, y expresó públicamente el repudio y la condena del pueblo y el Gobierno peruanos ante la dictadura militar que coarta el afán libertario de su pueblo".
Sobre deuda externa y narcotráfico, los temas más repetidos en los discursos de los siete, no hubo aportaciones novedosas y se repitieron los tópicos de anteriores cumbres.
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