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El convenio para el auditorio de Barcelona, que se firma hoy prevé una inversión de 6.216 millones

El Ministerio de Cultura, el Ayuntamiento y la Generalitat suscriben el acuerdo, negociado durante cinco años

El ministro de Cultura, Jorge Semprún; el alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, y el conseller de Cultura de la Generalitat, Joan Guitart, firmarán esta mañana el convenio para la construcción del Auditorio de Música de Barcelona, por el que las tres administraciones se comprometen a que el proyecto del arquitecto Rafael Moneo sea una realidad de aquí a cuatro años o, "si ello es posible, para los Juegos Olímpicos de 1.992", según espefica una nota remitida por la Delegación del Gobierno en Cataluña. El coste total del auditorio es de 6.216 millones de pesetas, de los cuales la mitad correrán a cargo del ministerio, y el resto, a partes iguales, será aportado por la Generalitat y el Ayuntamiento.

El convenio, que se firmará esta mañana en la Delegación de Gobierno de Cataluña, distribuye la inversión de la siguiente manera: 3.885 millones de pesetas para la construcción del edificio, 1.165 millones para la urbanización de la zona, y otros 1.165 millones para equipamientos.El último escollo para la firma del convenio, que se ha retrasado una y otra. vez desde que se empezó a hablar del proyecto hace más de cinco años, ha sido salvado con la inclusión de la Generalitat en el convenio y el acuerdo sobre la creación de un futuro consorcio, en el que estarán únicamente representados el Ayuntamiento de la ciudad y el Gobierno autonómico.

Rafael Moneo, que hace un año presentó ya su proyecto básico del edificio, está trabajando actualmente en el proyecto ejecutivo que los responsables municipales esperan recibir a finales de año. A partir de la firma del convenio de hoy, sin embargo, saldrán próximamente a concurso, para su adjudicación, varias partes de la obra, de la que ya existen los proyectos ejecutivos, corno la construcción de un aparcamiento subterráneo y la apertura de las calles Padilla, Castillejos y el tramo de la Meridiana desde la calle Sancho Dávila hasta la plaza de les Glóries.

En este mismo paquete de las primeras adjudicaciones podría incluirse también el movimiento de tierras y la construcción de los cimientos, con el fin de agilizar al máximo el inicio de las obras.

Ferran Mascarell, responsable del área de Cultura del Ayuntamiento, se mostró satisfecho por el acuerdo finalmente alcanzado: "La Generalitat se ha comprometido por fin a partícipar en este proyecto con cifras concretas y esto me parece muy importante para la solución del déficit de infraestructuras culturales de la ciudad".

Preguntado si desde su departamento se creía aún en la viabilidad de finalizar la obra para 1992, Mascarell manifestó: "Desde el punto de vista financiero es perfectamente viable y de momento los arquitectos dicen que lo es también por lo que se refiere a las obras. Por ahora lo consideramos, pues, como un proyecto dentro de los Juegos Olímpicos, aunque este extremo no nos obsesiona. Si a última hora nos vemos obligados a variar el enfoque lo haremos". Tanto el alcalde de Barcelona como el conseller de Cultura de la Generalitat han subrayado en diferentes ocasiones que el auditorio era una de las obras que debían estar finalízadas en 1992.

El proyecto básico de Moneo, presentado hace un año, fue elaborado de acuerdo con un estudio de necesidades y funciones llevado a cabo por el Centre d'Estudis de Planificació (CEP) por encargo del Ayuntamienio. Según dicho estudio, el auditorio, que se edificará en un solar de 33.750 metros cuadrados, albergará dos salas: una de 2.500 lazas, con un escenario capaz para 120 instrumentístas más, otros tantos coristas, y la otra, de 700 plazas, con una capacidad mínima de escenario para 80 músicos, para música de cámara, contemporánea y jazz.

Sede estable

En el centro tendrán su sede estable la Orquestra Ciutat de Barcelona -que en el futuro puede convertirse en la orquesta nacional de Cataluña-, la Banda y la Cobla municipales.El estudio del CEP concibe el auditorio, sin embargo, no únicamente como una nueva sala de conciertos, sino comoun gran complejo musical, con una actividad continuada en los campos de la pedagogía, la investigación, y la divulgación musicales. Se propone en este sentido crear en esa sede el Centro de Altos Estudios Musicales, para estudiantes en vías de profesionalización; situar allí el Museo de la Música y una biblioteca que agrupará fondos hoy dispersos por varias instituciones. Como secciones de la biblioteca se considera la creación de la partituroteca y de la fonoteca. Otros servicios previstos son un estudio de grabación y un laboratorio de música electroacústíca, así como también una tienda especializada y un bar-restaurante. El proyecto de auditorio prevé además la posibilidad de que varias asociaciones musicales se instalen en sus dependencias con el fin de centralizar y racionalizar la oferta musical barcelonesa.

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