La entrañable peste equina
Gracias a las facultades de profesionalidad y competencia en el trabajo del consejero de Agricultura y Ganadería de la Junta de Andalucía, evidentemente nulas, volvemos a tener en suelo español la entrañable peste equina de cada año. A pesar de todas las críticas recibidas desde los medios de comunicación, el pétreo e incombustible consejero sigue al frente de su departamento demostrando su incapacidad laboral día a día. Sin embargo, el seflor consejero puede estar tranquilo, pues en la mayoría de los casos los cargos que se le imputan son falsos. Se le acusa de haber asistido impasible al rebrote de la epidemia de la peste equina, y esto es evidentemente una mentira insidiosa.Entre las múltiples cualidades descubiertas al noble bruto, creo recordar que todavía no se cifra la de ser humano, y, por tanto, sus enfermedades no son (necesariamente) las del ser humano. La peste equina no es una enflermedad que el hombre pueda desarrollar y, dado que el término epidemia se aplica a la propagación repentina y a escala más o menos grande de una enflermedad que afecta al hombre, no se puede hablar de epidemia de peste equina.
El término a utilizar correctamente en el caso de una enfermedad no humana es epizootia, y no epidemia (aplicable sólo al hombre). Así pues, duerma tranquilo, señor consejero; tenga la conciencia tranquila y la barriga llena porque usted no permitió el desarrollo de una epidemia, por su culpa tan sólo murieron unos cuantos caballos. Confiado en que nadie hará caso alguno de mis comentarios, pero satisfecho de haber descargado a un ciudadano de tan infames acusaciones, me despido.-
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