Berlín y la muralla china
, "Todo es cuestión de tiempo", decía ayer el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores soviético, Guenadi Guerasimov, ante la insistencia de los periodistas en arrancarle una declaración sobre el muro de Berlín. "Es como la muralla china", dijo, que con el tiempo ha dejado de ser una frontera".
Las expectativas creadas en la RFA ante la visita de Gorbachov son muy grandes. Excesivas. Dos cuestiones han sido prácticamente descartadas por la URSS para esta visita. Gorbachov no responderá a la iniciativa de desarme de Bush. "La Alianza Atlántica ha tardado cinco meses en responder a nuestra propuesta de desarme y ahora nos meten ustedes prisa para que respondamos nosotros en quince días", protestaba ayer Guerasimov ante la Prensa internacional. La URSS esperará a que la propuesta sea formalizada en Viena en septiembre.
La otra cuestión que no es actual para la URSS, por mucho que la Prensa alemana la plantee, es el muro de Berlín y la Frontera interalemana. La URSS se lava las manos. "Esto es una cuestión entre dos países soberanos" señalan dirigentes soviéticos, mientras recuerdan por otra parte que Berlín Oeste no forma parte de la RFA. Eso sí, consideran que la otra parte del Berlín dividido es la capital de la RDA. La postura soviética no está exenta de cierto cinismo. No habrá propuestas espectaculares sobre el muro, y pocos dudan de que Gorbachov no se dará por enterado de la propuesta del presidente norteamericano de derribarlo. La URS S tiene una máxima prioridad en la RDA y es la estabilidad.
Cualquier sugerencia sobre el muro pronunciada en Bonn tendría efectos contrarios. La RDA está preocupada ante esta visita. El líder germano oriental Honecker intentó sin éxito viajar a Moscú en la últimas semanas. El viernes pasado, el mini
stro de Exteriores soviético, Edvard Shevardnadze, estuvo en Berlín Este para calmar los ánimos de una dirección ortodoxa cada vez mas insegura ante las reformas emprendidas en Moscú.
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