_
_
_
_
ELECIONES Y CRISIS EN AMERICA LATINA

Vacío de poder por la ausencia de Noriega de la vida pública

Antonio Caño

La desaparición del general Manuel Antonio Noriega, jefe militar de Panamá, del escenario público desde hace dos semanas ha suscitado especulaciones acerca de su grado de control de la situación actual. El país vive bajo la impresión de un vacío de poder que hace más inquietante aún la llegada ayer de 2.000 soldados norteamericanos para reforzar a los 11.000 permanentemente basados en Panamá. "Está descansando", contestó una prominente figura del régimen, el legislador Rigoberto Paredes, cuando los periodistas le preguntaron el jueves sobre el paradero de Noriega. "Está, como siempre, al frente de su pueblo" precisó el secretario general del oficialista Partido Revolucionario Democrático (PRD), Darinel Espino.

Más información
Felipe González comunicó a Noriega la postura de Estados Unidos
Miles de argentinos movilizados en los actos del final de la campaña
La OEA convoca una reunión extraordinana sobre Panamá

El general Noriega se apartó de la escena política casi una semana antes de las elecciones del pasado domingo. No acudió al mitin de cierre de campaña de la Coalición para la Liberación Nacional (Colina) y fue imposible verle emitiendo su voto durante la jornada electoral. Esta ausencia se ha hecho más llamativa tras los graves sucesos ocurridos a lo largo de esta semana, que desembocaron en la anulación de las elecciones.Fuentes diplomáticas interpretan esta retirada de Noriega como un signo de que el hombre fuerte panameño ya no lo es tanto. Tanto la medida de anular las elecciones como la de dar rienda suelta a los batallones de la dignidad corresponden, según medios próximos a círculos castrenses, al Consejo Estratégico Militar (CEM), integrado por los 19 oficiales de la cúpula de las Fuerzas de Defensa, y no al mismo Noriega.

El propio general Noriega escogió a Carlos Duque, un amigo suyo, como candidato presidencial. La fotografia a colores de ellos dos juntos ocupaba la contraportada del último número de la revista Defensa, órgano oficial del Ejército panameño. El fracaso en las urnas obligó después a Noriega a prescindir de Duque, pero varios observadores creen que, para ello, el general tuvo que ceder a fuertes presiones de sus comparleros de armas.

Fuentes próximas al Gobierno relataron que Noriega tuvo que consultar el martes con el CEN cada una de las propuestas que le presentaba ese día el Consejo de Estado, integrado por los principales ministros y oficiales del Estado Mayor. Ninguna de las ofertas moderadas fue admitida, de acuerdo a esas fuentes, por la cúpula militar.

Figura única

Durante los peores días de la crisis provocada hace un año por la destitución del presidente Eric Delvalle, Noriega nunca recurrió a la violencia indiscriminada que se apoderó de la ciudad de Panamá el miércoles pasado. Tampoco se escondió el general en esos días de las cámaras ni del público; por el contrario, recorrió el país y pronunció discursos casi diariamente.Entonces, el general Manuel Antonio Noriega consiguió construir unas Fuerzas de Defensa a su medida tras los cambios introducidos como consecuencia del frustrado golpe de marzo de 1988. En los meses siguientes, Noriega se convirtió en figura única e incluso se fomentó el culto a la personalidad. La severa derrota electoral ha provocado, según medios diplomáticos, la ruptura de este esquema.

"Si perdemos por KO habría que abrir un abanico con todas las posibilidades, incluida la salida de Noriega", había advertido en vísperas de las elecciones una destacada personalidad del Gobiemo que no quiso ser identificada.

La anulación de los comicios deja además espacio libre para cualquier alternativa. Uno de los líderes de la oposición, el democristiano Ricardo Arias Calderón, ha admitido la posibilidad de un Gobierno de coalición cívico-militar hasta el 1 de septiembre, siempre que a partir de esa fecha se entregue el poder al candidato presidencial Guillermo Endara y se retire el general Noriega.

Esta oferta parece llegarle demasiado tarde a un régimen aparentemente controlado por el sector militar más duro. La opción preferida para el régimen en este momento es la de que el presidente, Manuel Solís, que mantuvo bien la cara durante su gestión, se mantenga en el cargo por tiempo indefinido, hasta que las circunstancias permitan otra cosa.

Esa salida tiene el inconveniente de que los civiles del régimen, disgustados por el fraude, la violencia y los radicalismos -entre ellos, las expulsiones de periodistas, dos de los cuales, los españoles Román Orozco y Enrique Muller, abandonaron el país el jueves-, están cada vez más separados de los militares, por, lo que éstos podrían verse obligados a tomar abiertamente el poder en sus manos.

Ello va a depender en gran medida del grado de contestación interna, que la oposición ha prometido mantener en los próximos días. La oposición panameña cree que una combinación de protestas populares y denuncias internacionales servirá para encontrar una salida a la crisis sin necesidad de recurrir a la intervención militar de Estados Unidos.

Los observadores no apuestan, sin embargo, por soluciones pacíficas. Por si acaso, ayer seguían las colas en la entrada de las bases de Estados Unidos con coches de ciudadanos de ese país en busca de refugio.

[El senador demócrata norteamericano Gary Hart declaró ayer en Valencia que la situación en Panamá "es muy peligrosa, no sólo porque es un país muy importante en Centroamérica, sino también por su relevancia en el sistema estratégico a nivel mundial", informa Juango García del Moral].

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_