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El drama de una evacuación

Los mauritanos huidos de Senegal relatan las vejaciones sufridas

Violación de mujeres, golpes, algún tiro y abusos varios son moneda corriente entre los mauritanos que son evacuados en Dakar hacia su país por parte de los militares senegaleses encargados de velar por su seguridad. Así lo han denunciado las autoridades mauritanas, que han recogido los testimonios de los recién llegados.

En el estadio de fútbol de Nuakchot, lugar asignado para la asistencia y cobijo de los evacuados, mauritanos de Senegal -tras los recientes enfrentamientos entre las dos comunidades en ambos países-, los recién llegados se resisten a abandonar las instala ciones olímpicas. Uno de los aviones proporcionados por la ayuda internacional a los Gobiernos de Mauritania y Senegal para efectuar la evacuación en ambos sentidos realiza vuelos internos para distribuir a los huidos; a sus pueblos de origen. Muchos, sin embargo, deciden regresar al estadio tras intentar contactar sin resultado con sus familiares. Demasiados años fuera del país, incluso tantos que los hay que consiguieron la nacionalidad senegalesa o que pertenecen a una segunda generación de emigrantes y, por tanto, nunca habían puesto el pie en Mauritania. hasta ahora. Y son unos auténticos extranjeros y desarraigados en su propio país.Todos ellos aseguran no sólo haber sido despojados de sus equipajes y de los objetos personales tales como pendientes o gafas., sino de haber sido objeto de todo tipo de vejaciones: "Además de quitárnoslo todo, nos desnudaron a todos en el aeropuerto, allí, ante la vista del público, no importaba que fueran hombres, mujeres o venerables ancianos, humillados así de la peor forma ante sus propias nietas", explica un hombre al que acaban de curar un largo corte en el brazo. "Éste no me lo hicieron enlos enfrentamientos: fue la bayorieta de un militar senegalés al que no obedecí mientras hacíamos cola en el aeropuerto de Dakar", añade.

Violaciones

"Hasta ahora hemos contabilizado 40 mujeres violadas, que todavía andan hundidas por el choque. Sus relatos describen sucesos terroríficos", explica el médico mauritano encargado del hospital improvisado. "Las que han tenido fuerzas para contarlo, aseguran que fueron los propios soldados senegaleses encargados de proteger a los refugiados de nuevos enfrentamientos con la población los que abusaron de ellas en el recinto de ferias internacional y el aeropuerto de Dakar", añade.En una de las colchonetas en las que se hallan tumbados los heridos (aquí sólo se encuentran los casos más leves) se encuentra acurrucado un hombre quejumbroso. Al levantar su camisa el médico señala diversos cortes profundos de navaja en la espalda y el tórax. Acaban de cambiarle las vendas, que forman un collar a lo largo de su cuello. "Querían degollarle y casi lo consiguieron". El enfermo casi no tiene fuerzas para hablar, y en su lugar relata lo ocurrido un amigo con el que coincidió en la operación de evacuación y que, dado su penoso estado, se encargó de cuidarlo durante el viaje. "Era de noche y, como siempre hacía para evitar robos, estaba durmiendo en su pequeña tienda, en nuestro pueblo, en las afueras de Dakar. Los senegaleses llegaron enfurecidos. Fue la locura. Allanaron la puerta, lo arrasaron todo, y él, que intentó defenderse, fue golpeado. Según me contó, cuando recobró el sentido se hallaba en el hospital de Dakar"

Afortunadamente, su casero le había rescatado y llevado a uno de los ¡mames [guías religiosos] para que estuviera a salvo con él. Ahora no sabe qué ha sido de su mujer y de sus dos hijos, que descansaban en la casa, al lado de la tienda", concluyó.

Los mauritanos aseguran que en los campos varios de sus compatriotas fueron ahorcados como escarmiento para los que huían. Sus relatos de atrocidades son la contrapartida de los descritos por los senegaleses que han sido víctimas de los disturbios raciales en Mauritania.

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