Veneno para especies protegidas

EL PAÍS, El tráfico clandestino de huevos envenenados va destinado principalmente a los cotos de caza que se dedican a la cría de especies de caza menor. Estos huevos sirven de cebos para las especies depredadoras, en muchos casos especies protegidas y en peligro de extinción, que pueblan estos cotos, en gran parte dedicados a la perdiz y al conejo.

En España existen 29.770.857 hectáreas de cotos privados dedicados a la caza menor, de las cuales, 1.645.000 hectáreas pertenecen a cotos privados que se dedican a la caza de la perdiz por el sistema de ojeo. Cada año se cazan más de 3,7 millones de perdices, mientras que las capturas de conejo y liebre superan los 16 millones de ejemplares. Existen no menos de 47 empresas españolas y unas 12 extranjeras que se dedican al turismo cinegético, lo que convierte a España en un auténtico paraíso de caza.

Fuentes de la Asociación para la Defensa de la Naturaleza (Adena) señalan que la caza de la perdiz es un negocio muy rentable en España, sobre todo la de la perdiz roja, que se paga a 5.000 pesetas ejemplar en la caza de ojeo. Los cebos envenenados se colocan en teoría para acabar con los cuervos y los zorros, depredadores de las crías y los huevos de perdiz o codorniz, aunque caen en ellos toda clase de especies, algunas en grave peligro de extinción, como el buitre negro (400 parejas en España), el lince ibérico (unos 350 ejemplares en el mundo) o el águila imperial (104 individuos en total).

Entre enero y marzo han aparecido muertos cuatro buitres negros y un águila imperial, además de numerosos perros, en la falda norte de Sierra Morena, en Ciudad Real. En el mismo período, en Fresno de Torote, en Madrid, se han encontrado muertos tres buitres negros y numerosos huevos envenenados, y en la provincia de Segovia se contabilizaron en el mismo período 200 cuervos muertos y varios milanos reales, según datos ofrecidos por Adena.