Dueños de cotos de caza colocan más de medio millón de huevos envenenados en el campo
Más de 200 propietarios de cotos de caza de toda España se dedicaban a envenenar todo tipo de animales susceptibles de comer huevos -entre ellos, especies protegidas como el águila real, el lince ibérico y el buitre negro, entre otros- al sembrar con más de medio millón de huevos envenenados de codorniz los montes españoles. Estos huevos, envenenados con 4-amino piridina, eran vendidos de forma clandestina por la empresa Tevasa, cuyo propietario ha sido procesado. Estos cebos, según exámenes toxicos, podrían causar la muerte de las personas que los ingirieran accidentalmente.
El más de medio millón de huevos de codorniz envenenados fueron colocados durante los primeros tres meses de este año, sin que en los mismos o en los campos donde se colocaron se señalizara su contenido mortífero.Los huevos eran manipulados de forma ¡legal y clandestina por la empresa Tevasa en sus instalaciones de la plaza de Águeda Díez, en Madrid, según pudo saber este periódico, y se vendían en cajas de 360 unidades a un precio de 5.250 pesetas.
El magistrado del Juzgado de Primera Instancia número 25 de Madrid, que procesó al propietario de la fábrica por un delito contra la salud pública, se quedó impresionado al comprobar que ni en el interior ni el exterior de las cajas en las que se empaquetaban los huevos figuraba que estuvieran envenenados, ni su alta toxicidad. Sólo los análisis realizados por el Instituto Nacional- de Toxicología de Madrid, a petición de la Asociación para la Defensa de la Naturaleza (Adena), el pasado 5 de abril, revelaron que los aparentemente inofensivos huevos de codorniz contenían 4-amino piridina. En su informe, los toxicólogos la califican de .sustancia muy tóxica" y añaden que "la sintomatología que se observa en caso de intoxicación es hiperexcitabilidad, salivación, temblores y convulsiones tónicas o clónicas. La muerte se produce por parada respiratoria o cardiaca".
La actuación de la justicia fue posible gracias a una denuncia presentada por Adena.
En el caso están implicados más de 200 dueños de cotos de caza de toda España que aparecen en una lista de clientes de la empresa incautada por el juez. Adena responsabiliza también a las autoridades encargadas de vigilar la naturaleza y alega que "es incomprensible que no hubieran detectado la siembra de los montes con huevos envenenados", según dijo Juan Carlos del Olmo.
El director general del Instituto para la Conservación de la Naturaleza (Icona), Santiago Marraco, ha señalado que, aunque estas prácticas están totalmente prohibidas, se había detectado el uso de cebos envenenados en varios cotos, por lo que las autoridades autonómicas habían sido advertidas. Al parecer se abrieron algunos expedientes en Castilla-León, Aragón, Castilla- La Mancha y Extremadura. Marraco admite que este tipo de cebos son utilizados sobre todo por pequeñas sociedades de cazadores rurales, "que no conocen en muchos casos que está prohibido". El director del Icona afirma que los propios usuarios de estos cotos suelen usar huevos caseros envenenados con estricnina, por lo que le cuesta creer que exista una red clandestina de venta de estos cebos.
No habrá sanción
En el caso de la empresa madrileña que comercializó. huevos envenenados, sus propietarios no podrán ser sancionados por la nueva ley de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y la Fauna Silvestres, ya que la denuncia se puso el 28 de marzo y esta ley entró en vigor un día después. No obstante, si se les aplica la ley de Caza, podrán ser sancionados por manipular productos tóxicos sin permiso, según Marraco.Un colaborador de Adena vigiló durante horas los movimientos de vendedores y compradores y anotó la matrícula de los vehículos que fueron cargados con cajas de huevos inoculados. El conductor de uno de estos vehículos fue detenido horas después, a la altura de Guadalajara, por el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, avisado por Adena, y resultó ser el guarda de una finca de esta provincia que portaba cinco cajas de huevos envenenados.
Hasta el momento no se ha podido averiguar el nombre de otros clientes de la empresa, ya que los propietarios de Tevasa alegaron ante el juez "haber sufrido un desfalco de un socio que se llevó todos los papeles". Sí se sabe que el "mayor cliente" detectado es el dueño de un coto de caza de Badajoz, que sólo en estos tres primeros meses compró 220 cajas de 360 huevos cada una.
Dos miembros de Adena adquirieron 720 huevos envenenados en la mencionada fábrica. Seguidamente, y ante notario, los huevos fueron entregados en el Instituto Nacional de Toxicología de Madrid. El principal responsable de Tevasa manifestó, durante el interrogatorio judicial que él sabía de otras tres empresas que fabricaban cebos envenenados para la fauna salvaje.
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