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El oficio más antiguo, ante el SIDA

Una prostituta puede contagiar el VIH en cinco años a 20 hombres y éstos transmitirlo a un gran número de personas

La capacidad potencial que tiene una prostituta de contagiar el SIDA es muy alta. Aunque es difícil extraer porcentajes de contagios, pues todo depende del número de relaciones íntimas que se tengan y de la promiscuidad, se calcula que en cinco años una prostituta puede infectar a 20 hombres y, por efecto multiplicador, éstos pueden infectar a muchas mujeres, y éstas a otros varones. La información es un arma decisiva, según se ha manifestado en unas jornadas sobre prostitución y SIDA celebradas esta semana en Madrid.

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Margo Saint-James

"Las cifras se disparan cuando la prostituta también es drogadicta por vía endovenosa, tiene una úlcera genital o padece alguna enfermedad de transmisión sexual", dice el doctor Andre Nahmias, catedrático de la universidad de Emory, en Atlanta (Estados Unidos), y experto en el tema. Por su condición de epidemiólogo y pediatra, a este especialista le preocupa particularmente el contagio perinatal. "Cada vez es más frecuente encontramos en el hospital con hijos de prostitutas que han sido contagiados por su madre durante el embarazo. La tragedia es enorme porque, además de estar expuestos a quedarse huérfanos por la muerte de la madre enferma, estos niños morirán en el plazo de cinco años", explica el doctor Nahmias."La labor más importante es informar exhaustivamente sobre el SIDA a este colectivo integrado en las llamadas prácticas de riesgo", explica la doctora Pilar Estébanez, médico del área de sanidad del Ayuntamiento de Madrid. Esta corporación municipal y el Instituto de Salud Carlos III han organizado unas jornadas sobre Prostitución y SIDA, que han convocado a 100 expertos de varios países europeos y de Estados Unidos. Médicos, investigadores, trabajadores sociales, personal de enfermería, sociólogos, abogados, jueces y prostitutas se han reunido durante esta semana en Madrid, para abordar todos los aspectos de esta enfermedad y su relación con la prostitución. Han colaborado una representación de la Organización Mundial de la Salud (OM S) y otra de todas las comunidades autónomas españolas.

'Prueba del papel'

"Nos hemos planteado la necesidad de realizar constantes campañas de información a las prostitutas y a los usuarios de sus servicios", señala Pilar Estébanez. "Corno medida práctica, se ha apuntado la posibilidad de que los servicios públicos pongan a disposición de las prostitutas de forma gratuita preservativos para que ellas se los ofrezcan al cliente. También se ha hablado de la realización de la llamada prueba del papel, que se trataría de un sencillo análisis de sangre practicado al usuario, muy cómodo, rápido y barato, para prever si el hombre es seropositivo o no y, por tanto, si puede contagiar el SIDA a la prostituta".A pesar de que existe un número de prostitutas que no tiene acceso a ningún tipo de información sobre este problema, una buena parte del colectivo empieza a estar muy sensibilizada ante la llamada peste del siglo XX. Así lo afirma Margo Saint-James, presidenta del Comité Internacional pro Derechos de las Prostitutas. Según esta ex prostituta las mujeres a las que representa cada vez toman más medidas higiénico-sanitarias en el ejercicio de su profesión y que, sin embargo, son los usuarios quienes más se resisten a utilizar el preservativo. "Nosotras tenemos más miedo a ser contagiadas que a contagiar. Hay que considerar que entre un 30% y un 50% de la población masculina requiere a menudo los servicios de una prostituta y lleva una vida sexual muy promiscua, por lo que el usuario también tiene grandes posibilidades de contagiar el SIDA y otras enfermedades de transmisión sexual, como el herpes genital y la sífilis".

Aunque un 30% de las enfermedades de transmisión sexual tienen su origen en la prostitución, los drogadictos por vía endovenosa siguen integrando el colectivo de prácticas de riesgo con mayores posibilidades de contagiar el SIDA. Según un informe de 1982 del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, presentado en estas jornadas por la socióloga María Gracia Pérez, entre un 10% y un 13% de la población femenina ejerce la prostitución, aunque no existe en ningún país censo oficial. Este informe compara la prostitución con la esclavitud y la considera un "mercado lucrativo en el que el cuerpo de la mujer es mercancía para satisfacer el placer del hombre".

Pobreza extrema, drogadicción, deseos de ganar más dinero y fácilmente, maternidad de soltera y una situación personal y afectiva desestructurada son las principales causas que abocan a una mujer a la prostitución.

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