Reconstruir y difundir la historia
El Servicio de Actividades Arqueológicas del Ayuntamiento de Barcelona centraliza una gestión general del tema arqueológico en la ciudad, pero sólo posee un técnico fijo, el propio Oriol Granados; los demás son personal contratado, un total de unas 50 personas entre técnicos y auxiliares, sin contar el peonaje. "Es una pobre fuerza comparada con la de otras ciudades, como Zaragoza, por ejemplo, por no hablar del extranjero", dice Granados."Controlamos, estamos sobre todas las cosas, pero la nuestra es una actuación de bomberos, de lujo", prosigue, llrealizarnos'intervenciones inmediatas, recuperamos los datos, pero no podemos elaborarlos; tenemos muchísima información, pero no podemos darla a conocer. Es necesario reconstruir la historia y difundirla. Y para ello, hay que proporcionar posibilidades y recursos, debe hacerse la Memoria de la excavación, del trabajo, y eso está en el reglamento, pero no se cumple por falta de rnedios".
Granados considera que la Universidad tiene el deber ineludible de intervenir directamente en las labores arqueológicas de Barcelona. "No hay otros centros de investigación, y eso ha creado un vacío, en un momento en el que hay una actividad muy importante por hacer, que obliga a la Administración -que debería dedicarse a eso, a administrar- a realizar una investigación subsidaria. Un servicio municipal no es un servicio de investigación. No obstante", lamenta Granados, "para que la Universidad excave de manera sistemática existen infinidad de problemas técnicos y administrativos".
El arqueólogo señala como una actuación e emplar la efecj
tuada en el monasterio benedictino de Sant Pau del Camp (situado a la derecha de la Rambla de Barcelona), en una villa romana afectada por un aparcamiento: "Por primera vez, se ha realizado un trabajo minucioso no sólo desde el punto de vista científico, sino del de la gestión, un trabajo cómodo, que es el modelo que seguiremos con las excavaciones frente a la catedral de Barcelona".