_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La mala uva

PARA EL pinochetismo, cualquier excusa es buena para retrasar el retorno a la democracia. La última es el escándalo surgido con ocasión del descubrimiento en EE UU de dos uvas chilenas contaminadas con cianuro -en dosis no letal y procedente, al parecer, de la fumigación para la desinfección de los contenedores en los que se exporta la fruta- Las autoridades estadounidenses interrumpieron temporalmente las importaciones de uva chilena. También lo hicieron Japón y Canadá.Las autoridades chilenas han aprovechado la circunstancia para asegurar que miles de temporeros corrían el riesgo de quedarse sin trabajo, que la situación era prácticamente "de guerra" con EEUU, que la culpa la tenía la conjura norte americano-comunista y que el incidente estaba poniendo en peligro la transición misma hacia la democracia. Reacciones que deben tomarse con la condescendencia con que debe tratarse toda paranoia nacionalista.

En todo caso, el incidente de la uva -ya superado tras la decisión de Estados Unidos de levantar, el viernes, las restricciones a las importaciones- viene a recordar la fluidez de una situación interior dominada por la resaca del plebiscito perdido por la dictadura el pasado otoño. La oposición se enfrenta a un triple objetivo: impedir que Pinochet se convierta, en tanto que jefe de las FFAA, en custodio de una democracia a la panameña; conseguir presentar a un candidato único a las elecciones presidenciales de fin de año, y lograr que todo el Parlamento, y no sólo una parte de él, sea elegido por sufragio universal.

El eje de todo ello es la discusión sobre la reforma constitucional en que se ha embarcado el general dictador. El resultado negativo del plebiscito le dejó tan debilitado que su actual pretensión de controlar el nombramiento de un candidato-heredero (ya que él no puede serlo) ha sido rechazada incluso desde las filas de la derecha. Entre otras cosas, porque los conservadores quieren ahora presentar a un candidato que rescate solamente lo bueno del Gobierno de Pinochet. Ante este contratiempo, la solución para éste estaría en una reforma constitucional que acortara el mandato presidencial de ocho a cuatro años, lo que le permitiría presentarse a las siguientes elecciones.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Pero, sobre todo, con una democratización constitucional mínima, Pinochet podría aprovechar el valor propagandístico de un gran voto afirmativo en el referéndum de reforma constitucional, tratar de dividir a la oposición negándose a aceptar la presencia de la izquierda en las negociaciones y devaluar cualquier intento posterior de reforma en profundidad. Para ello cuenta con un proyecto de provisión de cargos parlamentarios que incluye a senadores de designación directa.

Mientras tanto, la oposición está jugando sus cartas con realismo y sensatez. Consciente de que, por el momento, el único interlocutor que la dictadura acepta sin reticencia es Patricio Aylwin, líder de la Democracia Cristiana (DC), ha enviado a éste a una reunión con el ministro del Interior en representación de la concertación de 17 partidos vencedores en el plebiscito. Lo primero que ha hecho Aylwin ha sido exigir que, en cualquier reforma constitucional, el Parlamento sea electivo en su totalidad; quiere con ello evitar que la DC y una derecha ayudada por el dictador puedan contribuir a quebrar el juego democrático, borrando del mapa electoral a la izquierda, que quedaría así peligrosamente marginada.

Tan inteligente postura ha sido completada por los sectores de la izquierda -desde los socialistas hasta los comunistas-, que han expresado su convencimiento de que "ésta no es la hora de la izquierda", sino, más bien, la de un candidato único. Una aproximación realista que, al igual que en el caso del plebiscito que ganó el arco iris, daría la victoria a la libertad y a la democracia en las elecciones presidenciales de diciembre.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_