Presión militar en Argentina para que acaben los juicios por la 'guerra sucia'

El general José Caridi, jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra argentino, ha advertido al presidente, el radical Raúl Alfonsín que no podría "asegurar el control" de la fuerza si se demora la solución a las "cuestiones pendientes".Los militares reclaman el fin de los juicios por la guerra sucia durante la dictadura, un aumento espectacular de salarios, el reequipamiento de las fuerzas y la legítima reivindicación histórica".

Caridi considera que sin estos requisitos es imposible "la definitiva reconciliación de los argentinos". El ministro de Defensa, Horacio Jaunarena, admitió hace una semana el "estado de ansiedad" en las filas militares. El secretario general de la Presidencia, Carlos Becerra, corrigió al ministro y dijo que sólo se trataba de "inquietud".

Las deliberaciones en la Escuela de Infantería y en los comandos de las grandes unidades de batalla de todo el país obligaron al Gobierno a reconocer la "preocupación" de los militares.

La reacción que encabeza el Ejército de Tierra parece ser un brote estacional. La Junta de Calificaciones debe decidir los ascensos y pases a disponibilidad o retiro cuando aún no se han resuelto los expedientes en los tribunales militares por las rebeliones de la Semana Santa de 1987 y de enero de 1988, que lideró el ex teniente coronel Aldo Rico.

A la vez, se produce una nueva ronda de citaciones en los tribunales civiles para iniciar los juicios a los altos jefes que no se pudieron amparar en las leyes de punto final y de obediencia debida. Por último, cada jefe de Estado Mayor recuerda a Jaunarena y a Alfonsín "el problema de los bajos salarios y del escaso presupuesto" que padecen las fuerzas armadas.