La CE y los 'países basureros'

I. C.Los países de la OCDE producen 300 millones de toneladas de residuos tóxicos al año, de los que un 11,5% corresponde a los doce, si bien el eurodiputado belga François Roelants du Vivier, presidente de la Asociación Europea de Medio Ambiente, estima que la CE puede fabricar hasta 350 millones de desechos, ya que la cantidad producida se ha duplicado en la última década.

Olvidada desde hace años por los gobiernos comunitarios, que creían haberla resuelto, la exportación de residuos tóxicos al Tercer Mundo volvió a ser tema de discusión en la última reunión de los ministros de Medio Ambiente de la CE, celebrada a finales de junio en Luxemburgo. Pero la discusión, que tuvo lugar de madrugada, sólo sirvió para constatar las divergencias de puntos de vista entre una delegación holandesa, que quería prohibir la exportación de residuos, y una británica que deseaba mantener el actual statu quo. Estas posturas han sido calificadas por el delegado español en esta reunión de "hipócritas", porque ninguna de ellas se planteaba impedir el transporte de tóxicos entre Europa y EE UU, cauce por el que después pueden llevarse libremente hacia otros países del Tercer Mundo.

La actualidad del tema y la votación en mayo por el Parlamento Europeo de una resolución de condena de la exportación de desechos tóxicos hacia el Tercer Mundo incitó al comisario europeo de Medio Ambiente, el británico Clinton Davis, a someter a la aprobación del Consejo de Ministros otra resolución, mucho más general que la parlamentaria, sobre esa delicada cuestión.

Todas las delegaciones condenaron entonces al unísono los envíos fraudulentos de desperdicios tóxicos a los llamados países basureros, pero la unanimidad no tardó en resquebrajarse cuando el ministro holandés Ed Nijpels pidió que los doce se comprometiesen a prohibir todas las exportaciones de basura tóxica al Tercer Mundo.

Neocolonialismo

Apoyado por la mayoría de los Estados miembros, intervino entonces el ministro adjunto británico Colin Moynihan, que tachó de neocolonialista la propuesta de su colega holandés.

A altas horas de la madrugada los ministros tenían sueño y se separaron, sin dar su visto bueno a la resolución presentada por el comisario europeo de Medio Ambiente, que volverán a debatir el próximo 24 de noviembre. Sin esperar a esa fecha, la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la Comunidad, ha empezado a preparar nuevas iniciativas. Las dos directivas existentes obligan a toda empresa que posea residuos de los que desee librarse, a comunicar su intención a la autoridad competente en cada Estado miembro y a proporcionar una prueba de que el país destinatario consiente importarlos.

Además, también se tiene que comprobar que el país receptor tiene "la capacidad técnica adecuada que permita eliminar los mencionados desechos en condiciones que no supongan un peligro para la salud de las personas ni para el medio ambiente".