El arzobispo de Santiago pide que se respete el resultado del plebiscito en Chile
El arzobispo de Santiago, cardenal Juan Francisco Fresno, hizo ayer un llamamiento para que se respete el resultado del plebiscito presidencial del 5 de octubre en Chile, cualquiera que sea el desenlace. Fresno hizo esta petición durante un solemne Te Deum celebrado en la catedral de la capital de este país latinoamericano, con motivo del 178º aniversario de la independencia.
El presidente de Chile y único candidato presidencial en el plebiscito del 5 de octubre, Augusto Pinochet, asistió al acto, acompañado de su esposa y miembros de la Junta Militar. En un hermoso día soleado, Pinochet salió del palacio presidencial de la Moneda, en el centro de Santiago, a bordo de un coche descubierto, escoltado por lanceros a caballo y policías de paisano que rodeaban el vehículo. Vestía Pinochet uniforme de gala de capitán general. Un puñado de sus partidarios que pudo acercarse a los alrededores de la Moneda vitoreó el paso de Pinochet, que saludaba militarmente a las tropas que le rendían honores en los bordes del trayecto hasta la catedral.En su homilía, Fresno recurrió a citas continuas de discursos pronunciados por el papa Juan Pablio II durante su visita a Chile, en abril de 1987. El arzobispo de Santiago dijo durante su sermón, que duró 20 minutos: "Nos encontramos en el umbral de una importante decisión de nuestra historia", y pidió que "nos comprometamos a hacer de la paz, de la verdad y de la vida valores que rijan las actitudes y los acontecimientos de cada uno de nosotros y de nuestra nación". Se preguntó Fresno "¿por qué no ha sido posible que desaparezcan los odios y los rencores, que se superen las divisiones y las barreras, que se unan las rupturas y sanen las heridas".
"Sin violencia y sin temor"
El cardenal pidió también: "No queramos una patria de vencedores o vencidos, sino una nación solidaria construida con el valioso aporte de todos los que el Señor ha llamado a nacer en este suelo". Reconoció Fresno que " en nuestra historia hemos pecado, ¿acaso no hemos sido duros con débiles y egoístas con los más pobres?". Fresno añadió: "Cuando nos hemos sentido dueños absolutos de la verdad, ha nacido el sectarismo, ha nacido la exclusión y la venganza. Hoy, Señor, queremos pedirte perdón y rogarte que nos permitas comenzar nuevamente a edificar la patria en la verdad, en el amor, con la plena participación de todos, en la concordia, sin violencia y sin temor, como nos decía el Papa".Respecto al plebiscito, Fresno dijo que "nuestra visión de una comunidad nacional, cuyas tradiciones y valores permanentes no pueden ser alterados con los vaivenes de un sí o de un no, por importantes y valederas que sustentan las razones de dichas alternativas. Estamos llamados a ejercer, responsablemente y a través de la herramienta del sufragio, nuestro derecho a participar en las grandes decisiones que tocan a la vida de la nación, como nos decía el Papa". Continuó: "Debemos estar preparados también para respetar honestamente el triunfo de una tendencia o de otra y para entender que tanto los que obtengan o no la victoria son en definitiva hermanos, que continúan con la misión conjunta de constuir un Chile en democracia y progreso". "Cualquiera que sea el resultado", agregó, debemos seguir siendo servidores de la paz, testigos de la verdad y defensores de la vida". Aludió Fresno "a las situaciones de miseria que afectan a compatriotas nuestros" y concluyó con un llamamiento a tender la mano al adversario y perdonar las ofensas.
El sábado Pinochet había cumplido con el ritual del Te Deum en un templo de confesión evangélica, donde se habían congregado unos miles de fieles.
En el servicio religioso pronunciaron sermones varios obispos evangélicos. El público acogió las palabras de los oradores con una especie de gruñidos aprobatorios, que decían amén o aleluya. Algunos oradores desparramaron el tarro de las esencias para entonar loas a Pinochet y su régimen. Batió todas las marcas el obispo Javier Vázquez, presidente de la Iglesia Metodista Pentecostal. Vázquez llegó a afirmar que, cinco semanas antes del golpe de estado de Pinochet, el 4 de agosto de 1973, "me tomó un espíritu poderoso y dijo que próximamente habría un cambio de estructuras económicas, sociales y políticas y que Chile se liberaría de una gran catástrofe y así fue". También dijo Vázquez: "Estamos hablando del mes de la patria y diciendo a nuestros conciudadanos que guardemos este país de los enemigos y estemos firmes en la libertad que estamos gozando".
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