Los restos romanos de Seo irán a un museo subterráneo

Un museo subterráneo albergará los restos arqueológicos de lo que fue el foro de la antigua ciudad romana hallados en la plaza de la Seo de Zaragoza. El proyecto contempla un tratamiento global de dicha plaza: se compagina la conservacion in situ de los hallazgos arqueológicos, que podrán ser visitados, y las necesidades peatonales y de confort del espacio.El arquitecto restaurador José Manuel Pérez Latorre es el autor del proyecto, cuyas obras costarán más de 500 millones de pesetas. La junta de portavoces del ayuntamiento de la ciudad aprobó ya la propuesta del museo frente a otras alternativas.

Los restos del foro en la Zaragoza romana, fundanda en el año 15 antes de Cristo por César Augusto, aparecieron al iniciar el ayuntamiento la remodelación de la plaza de la Seo. Las excavaciones dejaron al descubierto, en un recinto de 140 metros por 100 metros, el pórtico del foro y, pueden verse los restos de varios edificios públicos de la época: un templo, un mercado, una basílica y algún altar frente a la escalinata del templo. El foro era un centro de reunión de municipios de la colonia, rango al que elevó Augusto a Zaragoza.

Remodelación

Los expertos consideran que el hallazgo de la plaza de la Seo es "el descubrimiento arqueológico más importante" de los llevados a cabo en la ciudad. El foro era "el elemento principal de la primera ciudad que se asentó en este solar". Las excavaciones continuarán hasta diciembre y la ejecución del museo y la remodelación de la plaza se realizarán en el plazo de unos 18 meses.

El piso de la plaza remodelada se sustentará sobre unas columnas que se confundirán con los restos romanos subterráneos y simularán una plaza porticada. En la superficie, las siete acacias, que han sido transplantadas, serán sustituidas por otras tantas fuentes triangulares y luminosas que a su vez serán bancos. La catedral de la Seo conservará el protagonismo de la plaza y junto a su entrada principal se dibujarán un mosaico de mármol de colores de 400 metros cuadrados.

Un edificio de cristal, que recordará a la pirámide del museo de Louvre, servirá de acceso a las ruinas del museo. Su estructura de cristal tallado y transparente permitirá que de día entre la luz al interior. Por la noche estará iluminado y hará de luciérnaga pues en la plaza no habrá farolas.

Desde este edificio se accederá al subterráneo, de dos niveles de unos siete metros de profundidad. Una pasarela en pendiente, que rodeará los dos pisos, permitirá a los Visitantes recorrer y ver los restos arqueológicos. Un ascensor, con capacidad para 32 personas y puertas de cristal que posibilitarán observar los restos, trasladará a los visitantes, que también podrán hacer a través de unas escaleras.

En el nivel inferior se situará una gran sala de exposiciones de unos 700 metros cuadrados. Este espacio corresponderá a la plaza romana del siglo I, exenta de edificaciones, que servía de lugar de reunión y esparcimiento.