Acciones parateatrales y exposiciones de arte arropan la inauguración oficial del certamen
El director Peter Greenaway presentó una exposición de sus bocetos y dibujos
Acciones parateatrales en distintos puntos de la rambla de Catalunya, zona urbana que concentra la mayor parte de las actividades del certamen, y varias exposiciones de arte arroparon ayer la inauguración oficial del Festival de Cine de Barcelona, que tuvo un brillantísimo preámbulo la noche anterior con el pase de Ben-Hur (1925), de Fred Niblo, al aire libre y con una orquesta de 70 músicos. El cineasta británico Peter Greenaway asistió a la apertura de una exposición de bocetos y dibujos propios de temática pictórica,en la sala Joan Prats.
Greenaway, del que se presenta hoy el filme Drowning by numbers, es el realizador de las películas El contrato del dibujante y En el vientre del arquitecto. "En todo el mundo hay una gran preocupación por la responsabilidad del arquitecto", dijo Greenaway a este diario, "las ciudades están en crisis mientras los arquitectos viven en una especie de torre de marfil, por lo que el tema me pareció muy sugestivo e importante de tratar".La galería Eude presenta una exposición de fotografías realizadas entre 1910 y 1926 por Robert J. Flaherty acerca de los pueblos esquimales del círculo polar ártico, especialmente los inuit (cuyo nombre significa seres humanos) y que remiten a los escenarios naturales de la película Nanook el esquimal. Los inuit son un pueblo originario del norte de Siberia cuyos antepasados atravesaron el estrecho de Bering y se expandieron por Canadá y Groenlandia.
Una exposición muy diferente, pero también referida al mundo del cine se desarrolla en la galería Dau al Set, donde ayer se presentaron 43 dibujos y litografías correspondientes a los bocetos, el vestuario y la escenografía del filme Ran, del realizador japonés Akira Kurosawa. Algunos de los paisajes, figuras o vestidos representados en estos dibujos y litografías son la viva imagen de los que aparecen en el filme.
En la sala Vinçon del paseo de Gràcia, se presenta una exposición homenaje a la figura del desaparecido productor Pepón Corominas. La exposición que se compone de un montaje escenográfico y unos textos, ha estado preparada por José Antonio Bigas Luna, Marta Molins y Ramón de España.
La galería Ámbit realiza también su contribución al festival cinematográfico con una exposición de fotografías, bocetos, diseños escenográficos y trajes de la película Luces y sombras de Jaime Camino.
El aparato cultural, de industria y ciudadano que rodea un festival cinematográfico es muy importante, pero todo él se sostiene sobre algo tan frágil como son las películas, el acierto o no de autores y seleccionadores, informa Octavi Martí. El de Barcelona se ha abierto con una lujosa proyección de Ben-Hur, una pía epopeya dirigida por Fred Niblo en 1926 para la MGM después de una azarosa aventura de producción. El espectáculo resultó tan atractivo como kitsch es la película, es decir, muchísimo.
Filme de Delvaux
L'Oeuvre au noir (1988), de André Delvaux, cineasta presente también en el certamen, ha sido el título escogido para, anoche, abrir el fuego contemporáneo de este festival empeñado en promocionar una idea de cine europeo.No es una mala elección, aunque precisamente en la cinta de Delvaux se den la mano todos los peligros que acechan a cierta idea de europeidad: cultura literaria como punto de partida, respeto por la reconstrucción histórica, reparto cosmopolita, firma de autor reconocido, o sea y en definitiva: espectáculo ma non troppo. El producto que nace de todos esos compromisos es un híbrido que no satisface ni a los admiradores de El hombre del cráneo rasurado ni a quien busca el equivalente cinematográfico del best seller culto.
La reducción operada por Delvaux sobre la novela de Yourcenar va en el sentido de privilegiar la dimensión biográfica de Zenón Ligre, el protagonista, en detrimento del contexto, sin duda por razones presupuestarias pero también de duración e, incluso, de criterio del cineasta, que no se sentía a gusto con la perspectiva de tener que manejar centenares de figurantes que acabarían en la hoguera.
Dentro de la sección Tesoros ocultos, en el festival, sin duda como gentileza hacia Robert Parrish, miembro del jurado, se ha exhibido Mississipi Blues, un recorrido por el Sur de los EE UU que dirigieron, en 1984, el propio Parrish y Bertrand Tavernier.
Se trata de un trabajo de naturaleza documental, de ritmo irregular, con momentos de gran intensidad, derivada de la fuerza de que trasmite lo que sucede ante las cámaras y al realismo con que éstas lo captan, pero que está atravesado por la típica mala conciencia del intelectual europeo, capaz de dejarse fascinar, de pronto, por datos como la localización exacta del lugar donde se embotelló la primera cocacola o por el discurso, notablemente polvoriento, sobre la evolución de la rebelión negra en el Sur, cada vez más libre del pasado religioso.
Babelia
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