Presupuestos

Cualquier ciudadano que tenga la buena costumbre de comprar a diario cualquiera de los periódicos que se publican en nuestro país comprobará el destino dePasa a la página siguiente

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los impuestos por todos pagados gracias a la publicidad que al respecto realiza la Hacienda pública.

Si uno se para a analizar el destino del dinero, le surgirá un gran número de preguntas (sin respuesta). A mí me afloran las siguientes:

1. A la promoción del empleo se destina el 1,5%; a la cobertura del desempleo se destina el 6,5%. ¿Si fuera al contrario no sería más lógico? A mayor empleo, menor desempleo; ¿o no?

2. Con el estado en que tenemos las carreteras y la carencia de autopistas que padecemos, ¿qué se hace con el 0,9% destinado? ¿Arreglar los socavones que se producen en las actuales?

3. Que un país con la capital cultural para 1992, que está de moda en todo el mundo, que desea tener un peso específico en los foros internacionales culturales, que ha aportado al mundo cultural en cualquiera de sus facetas auténticos números uno, destine el 0,7%, compartido con el deporte, suena a coña (con perdón) y con un poco de vergüenza ajena.

4. Destinar el 0,6% a administración de justicia y el 0,3 % a instituciones penitenciarias, cuando la situación judicial es deprimente hasta el extremo de haber padecido hace escasas fechas una huelga de jueces, y manteniendo una supermasificación en las cárceles españolas, con problemas de SIDA, drogadicción, violaciones, etcétera, y en la que se mantienen encarcelados como preventivos a ciudadanos que posteriormente son declarados inocentes o son condenados a menos tiempo del que se han pasado encarcelados, ¿no es desolador?,

5. ¿Es verdaderamente necesario destinar el 5,1% a defensa?

6. De la deuda pública prefiero no hablar.-