La emisión del homenaje a Mandela suscita protestas entre los conservadores británicos
La retransmisión por radio y televisión del concierto-homenaje al líder antirracista surafricano Nelson Mandela, que hoy se va a celebrar en el estadio de Wembley, ha suscitado una virulenta reacción en los medios conservadores británicos, que acusan a la BBC de apoyar las actividades terroristas del Congreso Nacional Africano (ANC). La dirección de la BBC ha ordenado que se evite la filtración de mensajes políticos y se aborde el concierto como un simple acontecimiento musical.
La vertiente política del recital, sin embargo, es inmascarable. "Esto no es una obra de beneficencia, es un concierto político", dice Jim Kerr, cantante de Simple Minds, uno de los numerosos grupos y artistas que va a intervenir.El momento álgido de la jornada, que será radiotelevisada en directo durante 10 horas a partir del mediodía a decenas de países, incluida España, lo constituirá la lectura de un mensaje del propio líder del ANC, condenado hoy hace 24 años a cadena perpetua por pretender derrocar al régimen racista surafricano.
Es poco probable que las palabras del homenajeado salgan por las ondas, después de la petición del director general de la BBC a los productores de que el concierto sea tratado como lo fue hace tres años el Live Aid promovido por Bob Geldof para ayudar a los países africanos afectados por la sequía. Las cámaras evitarán recoger las declaraciones anti apartheid que los artistas hagan sobre el escenario, aunque tales manifestaciones serán emitidas, debidamante equilibradas, en los informativos.
Parlamentarios conservadores han presentado una moción en los Comunes criticando a la BBC por dar "publicidad a un movimiento que estimula las actividades terroristas del Congreso Nacional Africano", mientras desde otros medios se ha arrojado sobre la conciencia de la dirección de la BBC "la responsabilidad por las futuras muertes de hombres, mujeres y niños inocentes derivadas de los recursos financieros (conseguidos por medio) del concierto". También el Gobierno de Pretoria, por medio de su Embajada en Londres, ha protestado ante la BBC por el apoyo dado al recital.
Beneficios
Deducidos los gastos de los ingresos conseguidos por los derechos de transmisión y las 25 libras (unas 5.000 pesetas) que deberá abonar cada uno de los esperados 72.000 asistentes al concierto, se espera que queden entre 200 y 400 millones de pesetas libres para el británico Movimiento Anti-Apartheid (AAM), la organización presidida por el obispo Trevor Huddelston que inspira el recital.
El AAM niega las acusaciones de que el dinero vaya a acabar en manos del ANC. La mitad de los beneficios quedarán en el propio Movimiento y el resto se repartirá entre varias organizaciones benéficas que trabajan con los niños de Suráfrica.
El concierto, que los organizadores presentan como el mayor acontecimiento musical de la temporada, es el primer paso en una cadena de actos que culminará el 18 de julio con el 70º cumpleaños de Mandela.
El objetivo último del recital es extender en el mundo la conciencia sobre los horrores del régimen surafricano y dar a conocer la personalidad del propio Mandela, que los preparativos del festival han evidenciado es desconocida por muchos. Gente ha habido que preguntaba cuándo iba a cantar Mandela y Jim Kerr, a quien puede considerarse como la cabeza visible del concierto, y que cuenta cómo un carpintero que estaba trabajando en su casa le dijo no hace mucho: "Tengo mis dudas sobre si estoy de acuerdo con ese líder negro. Hace 10 años leí que se había comido a su mujer". "¡Confundía a Mandela con Idi Amín!", exclama Kerr.
Los esfuerzos de la BBC por rebajar el carácter político del aconteciminto son vanos. Kerr no oculta que se trata de "un concierto de protesta" y los de Eurythmics dicen estar "orgulllosos de desempeñar un pequeño papel en la consecución de libertad para Mandela y todos los presos políticos encarcelados por el sistema represivo surafricano.
Babelia
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