Al servicio de Dios

La vertiente religiosa del enfrentamiento entre Isabel y Felipe atrajo la atención de los asistentes al simposio, aunque nadie consideró la campaña de la Armada como una guerra de religión.

Un documento mostrado por José Ignacio González Aller resume en parte el pensamiento de Felipe II, para quien la empresa de Inglaterra tenía por objetivo "cortar la raíz de los daños que de allí brotan contra el servicio de Dios...", mientras uno de los asistentes aludió al carácter de cruzada que se dio a la operación y cómo un jesuita había dicho que la campaña no es difícil porque Dios nuestro Señor nos guiará".

I. Thompson dijo que "Felipe II veía el enfrentamiento como una cuestión de quién estaba del lado de Dios, y el fracaso produjo introspección en el monarca". Hugo O'Donnell no cree que el factor religioso fuera tan importante y descarta que eso moviera al Consejo del rey. "Quizá a nivel popular...", apuntó O'Donnell, en lo que contó con el apoyo de John Lynch, quien hizo notar que tanto la jerarquía como el clero apoyaron la operación sin escatimar sermones.

Isabel era más escéptica que Felipe, según Tony Ryan, "pero estaba convencida de la necesidad de la uniformidad bajo el anglicanismo".