LLamamiento implícito de Reagan al Ejercito panameño para que derribe a Noriega

Estados Unidos rechazó ayer tajantemente la oferta del general Manuel Antonio Noriega de negociar la transición (que incluiría su renuncia a medio plazo) desde el poder, exigió su inmediata salida sin condiciones y realizó un implícito llamamiento a la división de las Fuerzas de Defensa panameñas para que provoquen la caída del general. La propuesta de negociaciones de éste es "totalmente inaceptable" ya que le permitiría seguir controlando el Ejército, y constituye un "truco transparente para legitimar un régimen ilegal", afirnió el portavoz de la Casa Blanca, Marlin Fitwater.

La propuesta de Noriega -dejar el mando de las fuerzas armadas antes de mayo de 1989, pero continuar en Panamá dirigiendo la transición- es "como sacar al zorro del gallinero y ponerlo en el corral de al lado", dijo Fitzwater.La Administración de. Reagan expresó ayer su frustración por los acontecimientos de Panamá tras un mes de esfuerzos desestabilizadores fallidos para derrocar a Noriega. El Departamento de Estado y la Casa Blanca dejaron claro que continúan buscando una pronta salida de Noriega del poder: "Estudiamos represalias comerciales y otras opciones", señalaron. Un embargo comercial total es la última arma económica que aún posee Washington para colapsar Panamá, ya asfixiada sin dólares por el bloqueo de las cuentas bancarias panameñas en este país.

No a la intervención militar

El fracaso de las presiones económicas fuerza a EE UU a poner el énfasis en una acción de presión más decisiva. "No consideramos una intervención militar", reiteró ayer la Casa Blanca. Sin embargo, el Pentágono continúa enviando a Panamá centenares de policías militares más, con equipo de comunicaciones y logístico, para proteger las instalacíones norteamericanas y la Embajada de Estados Unidos. "El país está alborotado y queremos garantízar la seguridad de los ciudadanos estadounidenses. Pero no hay movimientos militares a grm escala", aseguran medios oficiales.Washington denunció ayer la "politización" del Ejército panameño llevada a cabo por Nonega con su anuncio de ascensos a sus fieles. Los portavoces gubernamentales garantizaron que un el futuro las fuerzas armadas tendrán un digno papel institucional "importante y constructivo", subordinadas al poder civil. Es un mensaje de que no habrá una depuración y una señal de que Washington, con su canto a la profesionalidad de una institución quie sabe corrompida, está pidiendo a los oficiales que se levanten contra Noriega.

Se trata de asegurar a las Fuerzas de Defensa que la salida del general no significará la pérdida de: sus privilegios y su posición iniluyente en la vida de Panamá. El portavoz admitió que existen contactos entre jefes militares panameños y responsables del Coinando Sur norteamericano que, con 10.000 tropas, está estacionado en la zona del Canal y vigila el hemisferio. La revista Time informa que el Pentágono había sido avisado del golpe militar fracasado de hace unos días y estaba en contacto con los golpistas.

Pero al mismo tiempo que exige abiertamente el cambio de Gobierno en otro país soberano, Estados Unidos se esforzó ayer en demostrar que lo que está ocurriendo en Panamá es un asunto puramente panameño. "Son los panameños los que están llevando a cabo la lucha". La Casa Blanca hizo pública una nota en la que afirma que "el pueblo de Panamá ha hablado clara y rotundamente de su deseo de un Gobierno civil. El éxito de la huelga y las protestas demuestran el disgusto y la desilusión con los intentos de Noriega de manipular el sistema político".

Ronald Reagan afirmó ayer en el Congreso, adonde acudió para pedir nueva ayuda para la contra, que "Noriega debe irse", repitiendo una exigencia hecha en las últimas horas por el secretario de Estado, George Shultz, quien advirtió que debe hacerlo antes de que sea tarde".