La perfeccíón de Ronconi
La serva amorosaRonconi dejó en Madrid un recuerdo mágico -transmitido por quienes le vieron- con su Orlando, que tenía el significado de una rotura con el teatro usual y enquistado en la inmovilidad. Quienes hayan ido a ver ahora su Serva amorosa con esa idea no la habrán encontrado.Sin embargo, tiene una finura intelectual, una madurez y una serenidad de traducción del gran texto probablemente superiores. Conduce la intriga y las escenas con un magisterio hiperrealista, basado en dos puntos: la colocación de luces capaces de recrear clima y ambiente y la dirección de actores.
Lejos de la farsa
Estamos lejos de la farsa, de la exageración de los personajes sobrevivientes de la Commedia dell'arte; hay una inclinación hacia los sentimientos, hacia la acuarela de los amores -el nostálgico, imposible de la serva, con su propia negativa al final feliz-, y la insistencia en los temas cómicos -el moribundo y su testamento, el joven imbécil, la codicia- sin ridiculizar a sus protagonistas. El respeto al dialecto veneciano -y a otros que aparecen en distintos personajes- conserva toda la limpieza del diálogo de Goldoni, su ternura y su gracia.
De Goldoni
Interpretada por la compañía Audac, de Umbría (Italia). Escenografla de Pietro Pagnanellí. Vestuario de Giovanna Buzzi. Iluminación de Sergio Rossi. Dirección de Luca Ronconi. VIII Festival Internacional de Teatro. Madrid. Teatro Español, 4 de marzo.
Hay una lentitud excesiva en el fraseo y en los movimientos; forma parte del estilo que Ronconi ha querido dar a esta pieza que, dicha con la vivacidad con que habitualmente se suele representar a este autor, hubiera durado quizá la mitad de tiempo. La compañía Audac de Gubbio, Umbría, con Annamaria Guarnieri como primera actriz, consigue la perfección. No es fácil hoy asistir a representaciones de teatro donde la palabra tenga este servicio tan espléndido y el gesto esté siempre contenido en ella.
Babelia
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