Autoridades francesas reconocen que la humedad afectó a las obras de la muestra española en París

Responsables franceses de la organización de la exposición de pintura española De El Greco a Picasso, inaugurada en el Petit-Palais de París el 8 de octubre, han reconocido que "ha habido problemas de humedad" en la sala y, por tanto, que ésta puede haber afectado a los cuadros. Sin embargo, rechazaron que los daños que eventualmente pudieran tener los lienzos fueran irreversibles, como apuntaba el especialista español Eduardo Porta en un artículo publicado en EL PAÍS el pasado día 29. La muestra, que reúne 150 cuadros, 60 de ellos procedentes del Museo del Prado, se clausurará mañana.

Olivier Jerolami, secretario general de Paris-Musées (una organización dependiente de la alcaldía de la capital francesa encargada de las exposiciones), declaró desconocer en su integridad las denuncias del profesor Porta y admitió que la exposición española tuvo algunos problemas de humedad debido "a la necesidad de abrir las ventanas para airear el recinto ante la afluencia masiva de visitantes". Añadió que la organización francesa ha preparado un informe sobre las condiciones y problemas de humedad que será remitido "a Miguel Satrústegui [subsecretario del ministerio], uno de los encargados españoles del Ministerio de Cultura en la exposición".Jerolami informó que las condiciones del Petit-Palais fueron aceptadas por técnicos del Museo del Prado, y "un grupo de restauradores y vigilantes realiza periódicamente una inspección del estado de los cuadros. La última visita la realizaron a mediados de diciembre".

Garantías

En opinión del secretario general de Paris-Musées, hay toda una "serie de garantías sobre la conservación de los cuadros. A pesar de la necesidad de abrir las ventanas para airear las salas, en apenas una hora las condiciones de humedad vuelven a ser normales en el recinto. Por otra parte, las reglas de humidificación para una exposición de este tipo se adaptan a las normas francesas".

Una de las encargadas de la organización de la muestra española, Guenola Groud, admitió que no había "por qué preocuparse". Aunque no se considera una especialista en cuestiones técnicas sobre perjuicios ambientales a las pinturas, afirmó que "en otras exposiciones del mismo tipo y en el mismo recinto, los cuadros no sufrieron daño alguno". Otro miembro francés de la misma organización que quiso permanecer en el anonimato criticó con dureza el artículo del profesor Porta, que conocía íntegramente, calificándolo como "una aberración, que resulta cómica e incluso difamatoria", pero se negó a rebatir los problemas denunciados por el conservador de arte español en algunos cuadros, así como las deficiencias ambientales de la exposición.

El secretario general de Paris-Musées insistió en que los técnicos del Museo del Prado dieron su conformidad a las condiciones del Petit-Palais para albergar la exposición De El Greco a Picasso, pero especificó que las condiciones climatológicas de algunos días en París desde el pasado 10 de octubre, fecha de inauguración de la muestra pictórica, así como la masiva afluencia de visitantes, han ocasionado los problemas, que, según él, no revisten especial gravedad por la continua vigilancia sobre las condiciones en las diversas salas.

Comisión de expertos

Jerolami trató de tranquilizar acerca de los daños que podrían sufrir algunas pinturas españolas y añadió que "cuando se descuelguen los cuadros, la semana que viene, una comisión de expertos franceses, técnicos en conservación y especialistas del Prado realizarán un estudio sobre el estado en que se encuentran las pinturas, que será público en el espacio de una quincena de días".

La exposición De El Greco a Picasso era el plato fuerte de las cuatro muestras inauguradas por la Reina de España el 8 de octubre del pasado año. Ha sido una de las grandes atracciones del otoño parisiense, y se han formado colas en la puerta del Petit-Palaís, en la orilla derecha del Sena, con mucha frecuencia. Durante el montaje de la exposición, una tela de Tápies tuvo que ser retirada, deteriorada por el agua caída de una gotera. El montaje de las exposiciones coincidió con la remodelación del Petit-Palais, de forma que hasta unas horas antes de la inauguración coincidieron con los montadores españoles los albañiles y carpinteros de las reformas. Los comisarios de esta exposición fueron Julián Gállego y José Manuel Pita Andrade.

El presupuesto para las cuatro exposiciones se cifra en unos 500 millones de pesetas, 200 sufragados por cada Estado y los 100 restantes por dos empresas privadas. Se exhiben cuadros de El Greco, Goya, Velázquez, Ribera, Murillo, Zurbarán, Van der Hamen y Carreño de Miranda, entre otros.