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CITA EN WASHINGTON

La actitud de la URSS ante el desarme, consecuencia de una evolución de su doctrina

Andrés Ortega

El mariscal Serguei Ajromeiev, jefe del Estado Mayor soviético al presentar, el pasado 24 de noviembre en Ginebra, el acuerdo sobre la eliminación de los misiles de alcance intermedio, señaló que la actitud de la URSS respondía a un cambio gradual producido en los últimos siete años.

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Este tratado y el acuerdo que se perfila para reducir en un 50% los arsenales estratégicos de las superpotencias responden en gran medida a, una evolución de la doctrina militar y de la estructura de las fuerzas de la URSS.Si a finales de los años cincuenta los soviéticos pensaban que, de estallar la guerra, sería nuclear y casi total, hacia 1966 ya no lo pensaban tan firmemente. Este cambio se vio reflejado en su estrategia para los setenta. Según señalaba recientemente en Barcelona el experto británico Michael MccGwire, la URSS llegó a la conclusión de que, ante la diversificación de los medios nucleares norteamericanos, un ataque preventivo contra EE UU sólo tendría ventajas marginales.

Al no ser necesario devastar EE UU, cuanto más reducidos sean los armamentos nucleares de cada parte, mejor. Esto "llevó lógicamente a las propuestas de eliminar o recortar los inventarios de misiles nucleares de cada parte", según MccGwire.

En los setenta, según esta versión, la URSS se concentró en la posibilidad, por medio de una guerra relámpago, de eliminar en la primera ofensiva de una guerra convencional en Europa las fuerzas nucleares de teatro de la OTAN, suprimiendo lo que habría constituido el primer peldaño de una escalada nuclear contra la URSS. Con la desaparición de los euromisiles, la URSS elimina una amenaza contra su territorio.

Hacia 1982-1983 la URSS llegó a la conclusión, dice MccGwire, de que una guerra mundial era menos probable que un conflicto regional frente a EE UU y fuera de Europa, pero que podría quedar limitado. Esto lleva a la URSS a reducir su necesidad de prepararse para una ofensiva contra el Oeste, y abre nuevas posibilidades para la reducción de los armamentos convencionales. La URSS lo llama suficiencia razonable.

El nuevo pensamiento político en la URSS, según MccGwire, tiene tres objetivos: reestructurar la economía para hacerla competitiva; afrontar la tercera revolución militar, y preservar la seguridad de la URSS. Y "si este triángulo ha de cuadrar, hay que redefinir uno de sus vértices. El único que se presta a este proceso es el de la seguridad nacional".

El norteamericano David Rivkin cree poco probable que, si la guerra de las galaxias sigue adelante, la URSS se limite a plantear contramedidas, en vez de lanzarse a esa tercera revolución, para lo que requeriría que su economía funcionase. Pero ello requiere quitar antes recursos al sector militar.

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