Afganistán, una china en el zapato de Gorbachov
La Unión Soviética ha intensificado sus esfuerzos para persuadir a Occidente de que se propone retirar sus tropas de Afganistán en un futuro próximo y un tiempo breve, como parte de los preparativos para el viaje de Mijail Gorbachov a Washington. La presencia de unos 115.000 soldados soviéticos en Afganistán desde 1979 es, según analistas políticos, el capítulo más refractario a los intentos de Gorbachov para diferenciar su política internacional de la de sus predecesores.
Afganistán es, en palabras de un diplomático occidental, "la china en uno de los zapatos con los que Gorbachov viajará a Washington y también el conflicto que menos parece ceder a las iniciativas que presentan al líder soviético como un adalid de la distensión.Los representantes soviéticos confrontan a distintos interlocutores occidentales con calendarios de retirada a cual más corto, pero las condiciones para dar la salida siguen vinculadas al mismo factor de antaño; a saber, el cese de la injerencia externa en Afganistán, lo que supone la interrupción de la ayuda norteamericana y paquistaní a la guerrilla antigubernamental.
El primer ministro australiano, Bob Hawke, dijo el martes en Moscú que Gorbachov está considerando una retirada en un tiempo inferior a 12 meses. El líder soviético ha dicho a Hawke, según declaró éste, que estaba discutiendo con Mohamed Najibulá, el líder afgano, una retirada anticipada de Afganistán. Najibulá había dado un plazo de 12 meses el lunes en Kabul ante la Asamblea Nacional, a la que ahora denominan con el nombre tradicional de Loya Jirgah.
En su entrevista con la cadena norte americana NBC, emitida el martes en Estados Unidos, Gorbachov se había negado a especificar qué entiende por una "rápida" solución del problema.
Revolución no socialista
Najibulá ha insistido' en que el ,partido que controla el poder en Afganistán, el Partido Popular Democrático de Afganistán (PPDA), no es aún un partido comunista y que la revolución no es aún socialista. El dirigente ha hecho ofertas de cesión de algunos puestos de su Gobierno, pero ninguna de ellas cede el control político.Las relaciones de la URSS con Afganistán han sufrido durante el mandato de Gorbachov un cambio de imagen que ha convertido al "valeroso pueblo afgano" del pasado en una especie menos encomiada. La Prensa soviética pone en cuestión la moral de combate y las convicciones de tos combatientes, les acusa de traficar con armas y de corrupción. Hasta el mismo Pravda citaba hace poco el caso de una profesora soviética de origen ~adjiko a quienes unos soldados Jganos habían intentado seducir ñolentamente.
Tal cambio de imagen hace más fácil una retirada soviética, ya que pone en duda la validez de la empresa y hace también más impopular la presencia allí que ha causado al Ejército soviético miles de bajas, según estimaciones occidentales.
El Ministerio de Defensa de la URSS había recomendado no poner el lugar de la defunción sobre tales tumbas, aunque los caídos eran definidos como "internacionalistas" y comparados con los soviéticos que lucharon en la guerra civil española.Los ciudadanos tienen ahora luz verde para expresar sus opiniones negativas sobre la guerraen Afganistán, que ha producido una nueva categoría social, los afgantsi o veteranos de guerra, que afrontan graves problemas de adaptación a su vuelta a la vida civil. Los afgantsi han formado grupos en distintas ciudades y la organización de las juventudes soviéticas, el Kornsomol, trata de integrarlos en una entidad única.Medios soviéticos hablan incluso de planes para evacuar y reasentar en el Asia central so viética a un eventual contingente de refugiados afganos, en caso de que finalmente el conflicto se re solviera de forma desfavorable para la elite gobernante en Kabul en la actualidad.
De 'cumbre` a 'cumbre'
Hace algo más de dos años, al regresar a Moscú de Ginebra tras su primer encuentro con Ronald Reagan, Mijail Gorbachov acusó a EE UU de impedir la normalización en Afganistán a causa de los suministros de armamentos y el apoyo financiero. El Afganistán que defendió entonces Gorbachov ante el Soviet Supremo de la URSS era un país "no alineado y con garantías de no intervención por parte de otros países".En mayo de 1986, Najibulá reemplazaba a Babrak Karmal y activaba la política de reconciliación nacional que su anteceso había comenzado formalmente Durante un tiempo, los medios de comunicación soviéticos repitieron que tal política era un éxito y que la reconciliación avanzaba, pese a que la guerrilla persistía en oponer resistencia.
Gorbachov se apuntó un tanto diplomático anunciando la retirada de seis regimientos de Afganistán, lo que suponía un contingente de 7.000 hombres y un coste militar que no afectaba a las funciones de las tropas soviéticas en el país vecino. La retirada de los seis regimientos se inició con gran despliegue propagandístico, coincidiendo con la segunda cumbre entre Ronald Reagan y Gorbachov, en Reikiavik en octubre de 1986.
Al formular las directrices de la política asiática soviética en VIadivostok en el verano de 1986, Gorbachov había dicho que no iba a dejar a su vecino "en la desgracia", "si continúa la intervención contra Afganistán". Esta promesa de ayuda no ha impedido a Moscú presionar sobre Kabul, sin muchos resultados por el momento, para que afronte por sí mismo la "desgracia" que ya tiene.
Durante la reciente reunión de la Loya Jirgah, la guerrilla lanzó misiles sobre Kabul y se registraron combates en la capital protagonizados por Esmat Muslim, un miembro del Consejo Revolucionario afgano y antiguo guerrillero acogido a la política de reconciliación nacional. Estos incidentes ocurrían al tiempo que Najibulá era nombrado presidente del país y se adoptaba una nueva Constitución.
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