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Tribuna:UN NOBEL PARA UN DISIDENTES
Tribuna
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Joseph Aleksandrovich Brodski, un poeta metafísico

Brodski es más conocido por ser una de las primeras víctimas del proceso de involución iniciado en los años sesenta en la URSS que por su talento y su obra poética.Uno de los mejores poetas actuales, según L. Kópelev; el poeta de más talento de la nueva generación, según Anna Ajmátova, que lo conoció en los años sesenta, Brodski adquirió fama como poeta inconformista por su detención a finales de 1963. En marzo de 1964 fue condenado por un tribunal de Leningrado a cinco años de deportación por "gamberrismo".

Con su detención y posterior condena se inicia prácticamente el movimiento en defensa de los derechos humanos en la URSS. Los sectores intelectuales surgidos a la luz tras el deshielo vieron en la detención de Brodski el inicio del proceso de involución, el triunfo de las fuerzas más estalinistas que poco más tarde lograrían destronar a Jruschov. Aunque la liberación del poeta al año siguiente sería una de las victorias pírricas de los sectores liberales. Con la condena de Brodsk¡ se inicia el movimiento de la firma de cartas (podpisánchestvo) en favor del poeta condenado. Pero será la primera y hasta el momento la última acción de la disidencia soviética en que ésta logró sus objetivos. En 1965 se detendrá a Siniavski y Daniel, y ya ningún movimiento de protesta ni de solidaridad internacional con los escritores detenidos alcanzará el éxito que se consiguió con Brodski.

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Con la detención, condena y liberación de Brodski se iniciará en la URSS un movimiento organizado y público -es cierto que limitado al mundo intelectual- en favor de los derechos humanos.

En el juicio, a la pregunta de la juez de quién le había dado permiso para llamarse a sí mismo poeta, Brodski contestó, algo inseguro: "Creo que... Dios". Esta frase improvisada, según testimonios del juicio, resume la actitud que ha mantenido el artista en su vida, el lugar que ha querido ocupar en el mundo y su credo.

Independencia

Siguiendo la tradición de la intelligentsia rusa y de la cultura occidental democrática, Brodsk¡ siempre ha defendido -con su obra: su poesía, su prosa y sus ensayos sobre la literatura rusa- la radical independencia del poeta, del artista, frente al poder, cualquiera que éste fuera, y fundamentalmente frente al poder político. Brodski, junto con otros escritores hoy en su mayoría emigrados, ha intentado (y, al precio del exilio, ha conseguido) mantener la radical autonomía de la creación artística frente a cualquier fuerza o poder foráneo a ella.

Poeta profundamente impregnado de la cultura europea, con un particular interés por los metafísicos ingleses del siglo XVII (destaquemos a John Donne entre ellos), su obra peculiar, sin antecedentes concretos que se puedan citar, se entronca, a pesar de todo, con la tradición rusa. Sin Malndelstam, Ajinátova o Pasternak sería improbable la obra de Brodski. Porque, además de la presente vida espiritual del pueblo ruso, el pensamiento filosófico y místico europeo, en suma, de la presencia en su obra de la cultura universal, hay que destacar que lo que convierte al hombre de ideas, al escritor, en poeta es la lengua, y en particular su estilo literario.

En este sentido, Brodski ha heredado -o, mejor dicho, ha transformado- lo que hoy se ha convertido en la poesía clásica rusa. Brodski ha recogido el don divino del poeta. Por eso hoy se le considera en la URS S y entre los emigrados un poeta clásico.

En su extensa obra se entremezcla la reflexión filosófica o, mejor dicho, una constante pulsión trascendental no ajena al misticismo. Pero sus poemas están estrechamente enraizados con lo concreto, con la vivencia o experiencia personal, con la interpretación material de un suceso, una imagen, sujetos íntimamente al espacio y el tiempo. Brodski es un intento hermoso, clásico, de conocer el mundo, de conocerse, fuera de los cánones abstrusos del poder. De ahí su disidencia maigré lui. Es la muestra más apasionada del deseo de ser un poeta.

Para acabar, en este poeta cosmopolita, entroncado con la cultura universal, por un lado está presente el tema de Rusia. Su obra contribuye a alimentar la presencia de las raíces rusas en el lector emigrado, "a pensar en ruso". flor otro lado mantiene su nexo de unión con el lector soviético. La poesía de Broetski no ha abandonado Rusia, siempre está en un constante retorno a su tierra, a sus raíces.

Algunas colecciones de poesía que publicó en 1977: Una parada en el desierto, El final de una época hermosa, Parte de la oración. En 1983 publicó una colección de poesías que abarca de 1962 a 1982, Nuevas estancias en agosto, y en 1986 ha publicado Urania, su última colección de poesías. Ha publicado prosa, a veces traducida al inglés, y otras obras que él mismo ha traducido a esta lengua, así como numerosos ensayos y estudios sobre poesía y literatura. En 1973, cuando ya abandonó la Unión Soviética, en samizdat, se publicaron entonces sus obras completas en la URS S.

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