El Paso, 30 años y sigue

El grupo El Paso ha pasado de la mitificación a la revisión histórica. Los artistas que entre 1957 y 1960 se propusieron crear "un nuevo estado del espíritu dentro del mundo artístico español" han celebrado esta semana un reencuentro en Cuenca 30 años después, en un seminario propuesto por la universidad Internacional Menéndez Pelayo. Es la primera vez que los pintores Antonio Saura, Rafael Canogar, Martín Chirino y Manuel Rivera, y el crítico Manuel Conde, entre los supervivientes del grupo inicial, junto a otros colaboradores y críticos actuales, plantean la gran repercusión internacional de El Paso en una España oscura.

"El Paso es una agrupación de artistas plásticos que se han reunido para vigorizar el arte contemporáneo español, que cuenta con tan brillantes antecedentes, pero que en el momento actual, falta de una crítica constructiva, de marchands, de salas de exposiciones que orienten al público, y de unos aficionados que apoyen toda actividad renovadora, atraviesa una aguda crisis". Así empezaba el manifiesto firmado en febrero de 1957 por Rafael Canogar, Luis Feito, Juana Francés, Manolo Millares, Antonio Saura, Manuel Rivera, Pablo Serrano, Antonio Suárez, Manuel Conde y José Ayllón.

Treinta años después, los antecedentes, la gestación, las actividades y las repercusiones de El Paso, en su época y en el contexto del arte actual, han formado el contenido de un seminario, celebrado esta semana en Cuenca, bajo la dirección de Antonio Saura, máximo responsable del grupo en su formación, de la elección del nombre ("alude más a un gesto, a una actitud"), de su emblema ("un gesto, un rasgo al azar"), de la redacción de manifiestos y cartas, y de su disolución, en mayo de 1960.

La sala de Segóbriga del Museo Arqueológico de Cuenca, con sus esculturas, columnas y capiteles, y ante una treintena de estudiantes, recibió sin ánimo nostálgico ni arqueológico los testimonios personales de Saura, Rafael Canogar, Manuel Rivera, Martín Chirino, Manuel Conde y Antonio Fernández Alba, vinculados a las actividades de El Paso. Saura acumuló intervenciones y parte de la organización al no asistir, por enfermedad, el crítico José Ayllón, secretario del seminario. Las charlas temáticas estuvieron a cargo de los críticos Guy Scarpetta, Tomás Llorens, Juan Manuel Bonet y Antonio Urrutia. Participaron en coloquios los profesores Valeriano Bozal y Victoria Combalía, el director del museo de arte moderno de Vitoria, Pedro de Sancristóbal, y el editor Antonio Pérez, cofundador de Ruedo Ibérico.

Crear historia

Los artistas que no eran conscientes de hacer historia acabaron por crear historia, según Saura, quien ha preferido dar un paso más vivo hacia el arte contemporáneo y no quedarse en la exposición académica de una cronología comentada. El Paso se disolvió al completar su cosmopolitismo (bienales de Sâo Paulo y Venecia, exposiciones en Estados Unidos) y tras la polémica entre sus miembros ante la utilización como propaganda cultural por parte del Estado."El Paso tendrá más importancia en el futuro, cuando la historia se reescriba. Esa ruptura sorprendente en un momento difícil desde el interior del país es un hecho innegable". Es la opinión de Saura, jefe indiscutible del grupo, "el mejor documentado y el más intelectual, según Manuel Rivera, que a sus 60 años no se concibe sin El Paso y sigue siendo informalista. Para el crítico Juan Manuel Bonet, hay un renacer del grupo, un nuevo interés actual por la generación de los años cincuenta, por su individualismo, su libertad y sus referencias al expresionismo abstracto y al superrealismo. "Para muchos de nosotros, antes de los ochenta la generacion anterior más importante es la de los cincuenta". Para Saura, sigue vigente la tendencia cosmopolita y la búsqueda de una "esencia nacional" sin folclorismo. En varios momentos surgieron las referencias a Picasso, Miró y el Mediterráneo.

El ensayista francés Guy Scarpetta ofreció una curiosa definición de El Paso: "Conmemoramos el 30º aniversario de la entrada de España en el Mercado Común".