El genio de Zurbarán, en el Metropolitan

La mayor y más completa exposición jamás realizada del pintor español del Siglo de Oro Francisco de Zurbarán, el más grande después de Velázquez, podrá ser vista por cientos de miles de norteamericanos en el Metropolitan Museum de Nueva York a partir del próximo martes, gracias, entre otras cosas, a 240.000 dólares (cerca de 29 millones de pesetas) puestos por el Banco de Bilbao, que los desgravará de los impuestos que su sucursal norteamericana paga en Estados Unidos.

Cuando la muestra se vea en Madrid la próxima primavera, en el Museo del Prado, el banco español no podrá deducir los 15 millones de pesetas que gastará en su montaje, en el que colaborará la reciente creada Fundación de Amigos de la Cultura. "Se podía haber hecho sin el Banco de Bilbao, pero es positivo que la sociedad civil colabore en estas cosas", dijo Solana a los periodistas cuando acudió el miércoles a Nueva York para participar en la presentación de la retrospectiva de un genio del arte barroco español.Asiaín comentó que, en el fondo, el ministro de Cultura "querría ayudar más al mecenazgo" con estímulos económicos, "pero no puede". "No os quejéis, estáis ganando dinero a espuertas y esto [la exposición] os ha salido muy bien, y tenéis publicidad gratuita en todos los periódicos a los que habéis invitado a cenar", le espetó irónicamente Solana a Asiaín para cerrar la discusión entre dos personajes que más tarde quedó claro que pueden entenderse muy bien.

Plácido Domingo, el presidente de la Chrysler, Lee Iacocca, el modista Óscar de la Renta y Henry Kissinger -invitado que prefirió atender otros compromisos- no se enteraron de este debate, que se produjo detrás del escenario. Todos ellos, junto con otras 700 personalidades del mundo cultural, económico y político neoyorquino, asistieron en la noche del miércoles a la presentación de la retrospectiva de Zurbarán en el Metropolitan Museum, una de las catedrales del arte en este país.

71 cuadros

La exposición de Zurbarán consta de 71 cuadros, asegurados en 5.000 millones de pesetas, de los que sólo 20 vienen de España, como algunos de las colecciones privadas de Plácido Arango (el dueño de la cadena de los VIPS), el marqués de Perinat, el conde de Ibarra o Mariano Castells. Hay tablas procedentes de Estados Unidos (10) -y posiblemente las más notorias-, Francia, el Reino Unido, la República Federal de Alemania, México, Hungría, Suiza. Y un pequeño cuadro del Niña Jesús bendiciendo, del Museo Puskin, de Moscú, que casi estaba fuera de catalogación.

Todas ellas son obras maestras y prácticamente desconocidas por el gran público. La exposición será inaugurada oficialmente el martes, y el sábado la visitarán los Reyes, que inician un viaje por tres Estados de raíces hispanas por el suroeste de Estados Unidos. Muestras de este tipo tienen un gran impacto (la última monográfica que dedicó el Metropolitan a Van Gogh tuvo 60.000 visitantes diarios) y provocan una gran demanda por el arte español por parte de los grandes museos norteamericanos.

Solana también trató elegantemente, con su presencia en Nueva York, de que la institución financiera no capitalizara sola su apoyo a la exposición, y anunció, con vistas al V Centenario del Descubrimiento de América, una gran muestra -"excepcional e irrepetible"de Velázquez en Estados Unidos -será la primera vez que saldrá de España la obra del mayor artista español del Siglo de Oro- y otra de Goya en el Museo del Louvre, de París. A cambio de la exposición de Velázquez, Cultura intentará negociar una muestra de arte contemporáneo norteamericano.

La actual legislación española no concede ventajas fiscales a la promoción privada de exposiciones, beneficio que sólo obtienen, por una ley de 1985, las inversiones en bienes del patrimonio artístico o los trabajos de restauración de esos bienes. Solana, que afirmó que "España estáa la cabeza, después de Francia, en desgravación por el arte en Europa", dejó claro que en la futura ley del Mecenazgo no se piensa en el modelo norteamericano.

El Ministerio de Cultura está preparando un Libro Blanco sobre el mecenazgo, con sondeos a 300 o 400 empresas españolas para conocer sus intereses y su opinión. "Esto no lo hacemos por ganar dinero y va más allá que una simple política de imagen", explicó Asiaín, que, sin embargo, confesó que, en las promociones culturales realizadas en España, sólo con la venta de los catálogos el banco ha cubierto gastos.

"Estas acciones forman parte de una política de responsabilidad social para contribuir al desarrollo de la sociedad, sobre todo en países como el nuestro, en el que la sociedad es débil frente a un Estado poderoso. Si no lo hacen los privados, no lo hace nadie", explicó este banquero, que pasa por ser uno de los que mejor se entienden con Felipe González, cuya política económica pragmática elogió como la única posible.

"Si en el próximo congreso del PSOE ganan los radicales, tendrán que acabar volviendo hacia las posiciones económicas actuales", afirmó. En esto coincidió con Solana, que dijo a los periodistas que si, a partir de ahora, se empieza a favorecer más a los sectores obreros será gracias a la política de ajuste, calificada de derechas, que ha llevado el PSOE desde que llegó al poder.

Un portavoz del Bilbao comentó después que "los socialistas van comprendiendo poco a poco la necesidad de estimular el papel de la iniciativa privada en la cultura". Lo cierto es que el Ministerio de Cultura ya ha abierto el camino al patrocinio artístico de la empresa privada actuando conjuntamente con el Banco Central en el montaje de la ópera en Madrid y exposiciones de Cézanne y Juan Gris con el Banco de Bilbao en la capital española. Este banco vasco ha realizado en los últimos 10 años 1.500 exposiciones en las 20 salas de arte que tienen en sus sedes sociales de todo el país.

Mecenazgo

Sánchez Asiaín defendió, en un almuerzo con los responsables del Metropolitan Museum, el mecenazgo "tan brillantemente vivido por la sociedad norteamericana". "Se asienta en el sentido de responsabilidad social de la empresa. Sólo tiende a dar el apoyo material necesario y a estimular iniciativas para que a través de ellas surja, y resurja, lo mejor de la cultura. Porque se trata de un mecenazgo que cree físicamente en la libertad y en la capacidad del hombre para ejercerla. Una creencia que en Estados Unidos cobra especial vigencia estos días, en que se celebra el segundo centenario de la Constitución americana".

La retrospectiva de Zurbarán estará expuesta en Nueva York hasta el 13 de diciembre, cuando viajará al Louvre, de París, para a finales de abril ser vista en el Prado. La exhibición neoyorquina ha sido realizada conjuntamente por el Metropolitan y el Louvre, donde coincide con la apertura de una monográfica de Fragonard que luego se intercambiará con esta de Zurbarán, y ha contado también con apoyo financiero del National Endowment for the Arts. Hace dos años, los directivos del Metropolitan viajaron a Madrid para proponer el patrocinio al Banco de Bilbao.

Los expertos del Metropolitan califican a Zurbarán -prácticamente un desconocido en EE UU- de artista "inesperadamente innovador, que combina el tenebrismo tradicional español con un sorprendente tratamiento moderno de la forma geométrica".

El director del museo, Philippe de Montebello, asegura que "Zurbarán es el pintor por excelencia de la vida monástica española. Sin embargo, su estilo fuertemente naturalista y su simplificación y abstracción de la forma son muy atractivos a las sensibilidades contemporáneas".

I

ntolerancia

Destaca el montaje de la exposición y la iluminación, con la característica norteamericana de que los focos se lanzan muy arriba para proteger las pinturas. Esto afecta algo a la visión del magnífico Cristo en la Cruz. Es una muestra muy didáctica en la que quizá los norteamericanos, a través del carácter iconográfico de la obra de Zurbarán, verán reforzada una imagen simplista de la España de la religión y la intolerancia.

La selección de los cuadros ha sido realizada por una de las primeras autoridades mundiales en Zurbarán, Jeannine Baticle, conservadora jefa honoraria del Museo del Louvre. "He tratado de presentar la muestra dentro del contexto histórico de iglesias y monasterios para los que pintaba el artista", explicó Baticle a EL PAÍS. "Es necesario ver que estas obras eran parte de una decoración completa, ya que los cuadros pierden su sentido en las paredes de un museo".

Esta idea ha sido conseguida especialmente con la reconstrucción del retablo de la cartuja de Jerez de la Frontera, desmantelado en 1835, y que es reproducido en el Metropolitan con los cuatro cuadros originales que lo componían.