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La CE tendrá un prototipo de ordenador para la traducción automática en 1991

La Comunidad Europea (CE) contará con un prototipo de ordenador para la traducción automática y simultánea de sus nueves lenguas oficiales hacia 1991, según afirmó ayer Sergei Perschke, coordinador del programa Eurotra. Representantes de los 15 grupos de lingüistas que trabajan en este proyecto han realizado su reunión anual en Sitges (Barcelona), coinciendo con la incorporación de un grupo español

."No se trata de traducir textos palabra por palabra, como se hizo en los años sesenta", explica el catedrático de lingüística de la universidad de Barcelona, Ramón Cerdà, coordinador del grupo español de Eurotra, "sino de construir una máquina que aligere al máximo el trabajo del traductor, que siempre será necesario". El modelo escogido tiene varias fases: en una primera, de normalización, se eliminan palabras intraducibles, como nombres propios o fórmulas científicas; después se realizan etapas de análisis de las palabras y textos, tanto a nivel morfológico como sintáctico. "Al final de este proceso, cuya culminación hemos discutido en Sitges", añade Cerdá, "se pretende llegar por abstracción a una estructura semántica que sea idéntica para doslenguas".El método está relacionado con la teoría de la gramática universal del lingüista norteamericano Noam Chomsky, según la cual todas las expresiones en cualquier lengua pueden reducirse a unas estructuras universales, a través de la hipotética interlingua. Una vez transformada una expresión a este nivel de abstracción, es posible recorrer el camino inverso en la lengua a la que se quiere convertir un concepto, haciendo posible así la traducción automática.

"Nunca lograremos la traducción perfecta, pero sí queremos crear una máquina pequeña -basada en un ordenador personal- que ayude a hacer la traducción más rápida y barata", explica Sergei Perschke, quien cree que la capacidad de traducir unos 20.000 términos que tendrá el futuro prototipo permitirá traducir con bastante corrección documentos de la CE de tipo político, jurídico y científico. El proyecto Eurotra, que tiene un presupuesto de 6.250 millones de pesetas, de los cuales la CE aporta un 60% y los países participantes el resto, tendrá una tercera fase de comercialización, en la que se pretende que, hacia 1995, funcionen en Europa decenas de estas máquinas de traducción automática.

El responsable de Eurotra, Sergei Perschke, un ruso nacido en Leningrado, nacionalizadoalemán y con larga experiencia en el centro científico de la CE en Ispra (Italia), cree que los 12 países comunitarios se están tomando en serio el proyecto, después de los fracasos de los años sesenta. "En 1975, la CE, la potencia Más grande del mundo en traducción, se dio cuenta de la necesidad de aumentar la productividad de su servicio de traducción, cada vez más costoso, y agravado con el ingreso de Grecia, Portugal y España", añade Perschke.

Oposición de los traductores

El responsable del proyecto recuerda que, en un primer experimento realizado en 1977, los revisores de la CE se mostraron indignados y contrarios a corregir los resultados de la traducción automática, aduciendo que cometía "errores estúpidos". Según Perschke, "habrá que esperar a una nueva promoción de traductores jóvenes, más abiertos y acostumbrados a los ordenadores, para utilizar la traducción automática que, con seguridad, doblará su productividad.El proyecto Eurotra empezó a discutirse en junio de 1980, fue aprobado por la Comisión Europea en 1982, contando con siete lenguas, a las que posteriormente se han añadido el español y el portugués.

El profesor Cerdá anunció que a partir de diciembre se creará un subgrupo español de trabajo en Madrid dirigido por Francisco Marcos Marín, catedrático de Linguística General en la universidad Autónoma de Madrid. Con la consolidación del grupo barcelonés de Eurotra, dirigido por el profesor Cerdá, Barcelona se convierte en la capital española de la investigación de la traducción automática, ya que, además, este proyecto tiene también en Barcelona la sede del programa Atlas II, de la empresa japonesa Fujitsu, para traducir inglés, japonés y español, coordinado por Josep Soler; y el proyecto Metal, de la firma alemana Siemens, coordinado por Montserrat Meya.

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