Medidas excepcionales de seguridad en Manila ante el peligro de nuevas intentonas golpistas
Centenares de soldados en equipo de combate, apoyados por varios tanques, protegen los alrededores del palacio presidencial de Malacañang, en Manila, mi entras el general Fidel Ramos, jefe del Alto Estado Mayor, ordenó el desplazamiento de nuevas unidades hacia la capital, a fin de reforzar la seguridad ante eventuales nuevos ataques de soldados rebeldes, que el pasado viernes intentaron un golpe contra la presidenta Corazón Aquino. "El país está bajo control, pero queremos prevenir cualquier eventualidad", comentó un oficial del séquito presidencial.
Aunque la situación continúa calmada en la calle, en el plano militar se suceden coletazos del seno intento de golpe registrado el pasado viernes bajo la dirección del coronel Gregorio Gringo Mnasan, que continúa en paradero desconocido. Según algunos diarios de la capital, Honasan, líder del movimiento de los jóvenes oficiales reformistas, podría intentar una nueva operación golpista.En la noche de ayer aparecieron en las calles panfletos sin firma, atribuidos a los golpistas, en los que se anunciaba la creación de un "Gobierno privisional bajo el protectorado de una "junta militar".
En las octavillas se hacía un llamamiento para la convocatoria de nuevas elecciones presidenciales, se pedía mayor firmeza en la lucha contra la guerrilla comunista y se exigía el fin del Gobierno "corrupto" de Cory Aquino.
En el plano político, el Senado inició ayer un debate destinado a determinar las responsabilidades del último intento golpista. El millar aproximado de soldados y los civiles detenidos en relación con la. intentona podrían ser condenados hasta 14 años de cárcel, aunque se excluye la posibilidad de ejecuciones, ya que la nueva Constitución filipina, aprobada por referéndum el pasado 2 de febrero, eliminó la pena de muerte. Por su parte, la presidenta Corazón Aquino ha descartado también La aplicación del uso de poderes especiales que le atribuye la Constitución.
El Senado propondrá, probablemente, una mejora de la paga de los militares, junto al eventual incremento del presupuesto destinado a la lucha antiguerrillera, principales focos de críticas por parte de los militares a la Administración de Aquino. "Lo ocurrido el pasado viernes es sólo un síntoma del malestar nacional", afirmó ayer en Manila el senador Juan Ponce Enrile, el ex ministro de Defensa.
Enrile, principal opositor político de Aquino, no acudió a la sesión de urgencia del Senado el pasado viernes, aunque sí lo hizo, en la jornada de ayer, a los debates de la Cámara Alta para investigar y concretar las responsabilidades del golpe.
Divisiones entre militares
Aunque la situación parece estar controlada por parte del Gobierno, gracias a la lealtad del general Fidel Ramos, es evidente que la división del Ejército, que por vez primera se ha enfrentado entre sí abiertamente, puede ocasionar serios problemas para la estabilización del régimen de Aquino. La totalidad de clases de la Academia Militar Filipina. -de cuya promoción de 1971 salió el coronel Honasan y la mayoría de inspiradores del movimiento reformista- continuaba ayer una huelga de hambre en petición de que no se tomen medidas contra los oficiales y soldados golpistas.
La mayoría de ellos se encuentran detenidos, a la espera de proceso, en la isla de Carballo, cerca de Corregidor, a la entrada de la bahía de Manila, adonde fueron trasladados en barcos militares.
Frente a la academia militar, en Baguio, a unos 20 kilómetros al norte de Manila, hay tropas con equipo de combate, mientras oficiales del Ejército negocian el cese de la. huelga.
Pero las amenazas contra Aquino no vienen sólo del flanco militar. Desde la izquierda, el Frente Nacional Democrático, portavoz político de la guerrilla comunista, anuncia que intensificará sus acciones como única salida paraconseguir un verdadero cambio social y político.
