La economía española está creciendo en torno al 4%, según las últimas estimaciones del Banco de España

El servicio de estudios del Banco de España prepara en estos días un informe sobre la evolución de la coyuntura económica en el primer semestre del año, y los datos que se manejan, correspondientes en buena parte al conjunto de los seis primeros meses, muestran que "en 1987 el crecimiento económico será muy superior al alcanzado en 1986", según señalaba uno de los responsables del informe. Por ello la casi mítica, por lejana, cifra de crecimiento del 4%, que garantizaba el descenso del número de parados, parece estar al alcance de la mano de los rectores económicos para este año.

El Banco de España, a través del gobernador, Mariano Rubio, señaló hace pocas semanas que, con la información cuantitativa más reciente el crecimiento real de la economía española debió de situarse en torno a un 3,3% en l986", en lugar del 3% apuntado, con carácter provisional, por el Instituto Nacional de Estadística. La previsión de crecimiento económico del Gobierno para este año está situada en el 3,5%, con una tasa de inflación del 5% a finales de año. Los datos que maneja el Banco de España en la actualidad, la evolución del comercio exterior hasta junio, evolución del empleo, paro y precios hasta esa misma fecha e indicadores sectoriales, algo más retrasados, permiten asegurar, según los responsables del banco, que el crecimiento económico para este año se situará en tomo al 4%.En este sentido se señala que los datos de comercio exterior muestran de forma clara, aunque lenta, una recuperación de las exportaciones españolas en términos reales, como se había previsto desde principios de año. El crecimiento de las ventas al exterior será pequeño en 1987 en todo caso, pero significa un vuelco en relación a lo ocurrido en 1986, cuando descendieron en términos reales. Las importaciones, por su parte, han mantenido un fuerte ritmo de aumento que parece estar desacelerándose en los últimos meses, lo que permitiría, de confirmarse, mantenerse relativamente cerca de las previsiones iniciales. Con todo, el sector exterior de la economía española contribuirá negativamente al crecimiento del producto interior bruto posiblemente en una cifra algo mayor a la prevista a principios de año.

Demanda interna

Sin embargo esta reducción se verá más que compensada por el fuerte crecimiento de la demanda interna, especialmente en lo que se refiere al crecimiento de la inversión, o formación bruta de capital. En este sentido se estima que la inversión, pública y privada, está creciendo por encima del 10%, cuando las previsiones se cifraban en el 7% para este año, mientras que el consumo, tanto público como privado, sigue aumentando a tasas bastante más elevadas de las presupuestadas.

El crecimiento de la demanda interna nacional está provocando unos ingresos fiscales bastante más elevados de los presupuestados, que ayudan a mantener el nivel de déficit público dentro de los niveles esperados a pesar de un cierto deslizamiento al alza de los gastos públicos. Los ingresos por el impuesto sobre el valor añadido (IVA) y por retenciones a cuenta del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) son muy superiores a los presupuestados. En el caso del IRPF se deben en una parte al adelantamiento en el cobro de los mismos, y en el resto a una mayor actividad productiva, además de los mayores ingresos por el aumento de los salarios y de los saltos en la tarifa.

En el caso del IVA, los mayores ingresos son producto de un mayor crecimiento de lo previsto en las importaciones y del fuerte aumento de las ventas de bienes de consumo que viene registrando la economía española.

Otro de los indicadores que ante la concertación social adquiere importancia es el nivel de empleo que padece la economía española, que muestra un perfil relativamente positivo por el nivel de colocaciones registradas en el año (309.000 personas) y porque el paro es inferior en más de 63.000 personas en comparación con diciembre del año pasado. Junto a ello, el fuerte descenso de la tasa de inflación hasta situarse en el 4,9%, acercando los precios a la CE.