_
_
_
_
_
ESCALADA TERRORISTA EN CATALUÑA

Un coche bomba aparcado en el sótano de unos grandes almacenes de Barcelona causa 15 muertos y 35 heridos

Quince personas fallecieron y otras 35 resultaron heridas en un atentado con un coche bomba, supuestamente perpetrado por ETA, en los almacenes Hipercor, de la avenida de la Meridiana, en Barcelona. El artefacto, al parecer con gran cantidad de amonal -el explosivo que últimamente utiliza ETA-, se hallaba en el segundo sótano del edificio, un aparcamiento para vehículos de los clientes y vecinos del inmueble. El coche había sido robado en San Sebastián el pasado 16 de febrero.

Más información
Un objetivo 'etarra' desde septiembre del año pasado
La triste historia de Pedro Ortega
La mayoría de las víctimas, por asfixia
El SUP denuncia la no utilización de las companías de reserva
Los bomberos habían aprobado las medidas de seguridad, según Hipercor
El artefacto estalló una hora después del primer aviso anónimo recibido por la Policía Municipal
El Ministerio del Interior había montado en los últimos meses un amplio dispositivo de seguridad en Cataluña
El atentado de EI Descanso, el más sangriento contra civiles

La explosión se produjo a las 16.12 horas. No era un momento de gran afluencia de público, pero el número de clientes que ocupaba las cuatro plantas del establecimiento (planta baja y tres sótanos) era considerable, ya que los viernes es un día de gran compra.La avenida de la Meridiana registraba en ese momento un tráfico intenso. Frente a la puerta de acceso al aparcamiento, situada en uno de los laterales del edificio, un grupo de padres aguardaba la salida de los niños de un colegio. "La puerta del garaje saltó despedida, pero sin alcanzar a nadie", explicó uno de ellos.

Amonal

Tras el fuerte impacto, empezaron a salir personas del edificio, y entre ellas algunos primeros heridos. "Salían corriendo, muchos de ellos ensangrentados, y los que procedían del sótano, además de las quemaduras, llamaban la atención porque se les había abrasado instantáneamente el cabello", explicó un testigo presencial. En aquellos momentos se desconocía la magnitud de la tragedia.

El espeso humo causado por la explosión, la oscuridad y el fuerte calor se convirtieron en los principales obstáculos para el acceso de los servicios de rescate a la planta directamente afectada. A medida que los bomberos, provistos de equipos autónomos de respiración, avanzaban hacia el interior, el alcance del desastre se fue desvelando.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

A las 17.47, una mujer de mediana edad, con las ropas desgarradas y en grave estado, fue sacada por una de las puertas laterales del establecimiento. "Rápido, llevadla a una UVI", gritó un médico. Los equipos de rescate habían llegado al lugar de la explosión, en el segundo sótano.

Casi todos los rescatados que aparecieron a partir de ese instante ya habían fallecido. Una larga caravana de ambulancias, que acudieron al lugar desde todos los puntos de la ciudad y de algunas poblaciones vecinas evacuó a las víctimas con diligencia.

La bomba, de gran potencia, había sido colocada en el interior de un Ford Sierra robado en San Sebastián el pasado 16 de febrero, según informó posteriormente el gobernador civil de Barcelona, Ferran Cardenal. El gobernador, cuatro horas después del atentado, afirmó desconocer las características de seguridad de Hipercor y si se había planteado la posibilidad de desalojar el centro comercial después de conocerse las amenazas telefónicas recibidas.

La explosión provocó un gran boquete en el techo del segundo sótano, por lo que la onda expansiva afectó también directamente al contiguo, una planta convertida en supermercado de alimentación.

Al estallido, que destrozó totalmente el coche bomba, le siguió un violento incendio. Las llamas afectaron directamente a otros 20 vehículos aparcados en el sótano, mientras la onda expansiva causó importantes daños a 20 automóviles más. Las instalaciones de conducción eléctrica y de agua también quedaron inutilizadas. Esa falta de fluido eléctrico -unida al fallo de las luces de seguridad- y la inundación que se produjo dificultaron las tareas de rescate.

Caos circulatorio

El acordonamiento de la zona y las medidas de control policial provocaron un importante caos circulatorio en Barcelona, donde en ese momento se iniciaba el éxodo del fin de semana. La avenida de la Meridiana y el inicio de la autopista A-17 fueron cortadas al tráfico. La Guardia Urbana desviaba con altavoces a los automovilistas hacia otros recorridos alternativos. El intenso tráfico acabó colapsando también la autopista A-19, por lo que durante varias horas fue imposible salir por el norte de la ciudad, en dirección a Gerona. Las retenciones bloquearon también las principales calles que conducen a la Meridiana. Paralelamente, rigurosos controles de identidad acabaron de colapsar la circulación en toda el área metropolitana barcelonesa.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_