_
_
_
_
FERIA DE SAN ISIDRO

La comunidad autónoma prefirió la continuidad para Las Ventas

Menos beneficios en el primer año de vigencia del nuevo sistema de gestión

Alfonso Armada

La gestión de la plaza de toros de Las Ventas le fue concedida por la Comunidad de Madrid a Toros Madrid, la empresa de Manolo Chopera, en 1985, a pesar de que las otras dos ofertas presentadas, la de Daniel Hellín y Luis Miguel Dominguín, por una parte, y la de Jaime Ostos y Antonio Méndez, por otra, eran mejores que la de Toros Madrid, como el propio Chopera ha reconocido. "Cuando se abrieron las plicas, había otras dos que, sobre el papel, presentaban cosas que yo no ofrecía", confiesa Chopera. "Pero era la oferta teórica. En mi pliego decía que iba a continuar la labor de esos cinco años, y la comunidad, creo, pensó que si se seguía la misma forma que había estado vigente, con una gestión interesada, sería la oferta más real y segura".

Lorenzo Hernández, diputado comunista de la Asamblea de Madrid, estima que se concedió la gestión de la plaza a Chopera porque había "compromisos adquiridos" con él. "Se hace un pliego para él. La comunidad tiene el temor de abrir un proceso en el cual alguien no garantice el funcionamiento de la plaza. Piensa que Chopera es el único que puede hacer esto". La política de la comunidad es la del refranero. Según Hernández, se prefirió "lo malo conocido a lo bueno por conocer. La comunidad pensaba que no se iba a presentar nadie, y resulta que a última hora se presentaron dos ofertas y mejores que la de Chopera, avaladas por un sentido empresarial moderno".Chopera es taxativo cuando se refiere a la adjudicación de la plaza de Las Ventas a su empresa: "No había ningún acuerdo previo ni tácito para otorgar la plaza de toros a nosotros. Había, eso sí, una tendencia favorable a que siguiera siendo el empresario, opino yo, porque consideraban que era un empresario que no había planteado problemas y con el que la afición estaba contenta". García Alonso coincide con Chopera en que en la elección influyó "la experiencia taurina de gestión de Manuel Chopera".

"Había una intención previa que consideraba que Chopera era la persona idónea", dice Juan Antonio Gómez Angulo, diputado de la Asamblea de Madrid por el Partido Demócrata Popular (PDP). "No se pensó que fuera a haber litigantes serios", sigue Gómez Angulo, "y eso hizo queja oferta de Chopera se ajustara a los mínimos exigidos. Las otras ofertas superaban a la de Chopera. Se hizo prevalecer un criterio que no se hizo constar en el pliego de condiciones: la de la experiencia anterior en la plaza, y eso incapacitaba prácticamente a las otras ofertas".

Gestión insuficiente

"El pliego de condiciones mediante el cual se le adjudicó a Chopera la gestión de Las Ventas", estima Gómez Angulo, "es el que ha permitido que esa gestión haya sido insuficiente, porque el propio pliego era insuficiente. La oferta de Chopera se ajustaba al pliego. Lo cumple mínimamente. No se exige mayor calidad en los carteles fuera de feria. Se puede comprobar por las fechas de los respectivos vencimientos, que Chopera mejora los carteles cuando el vencimiento de sus arrendamientos toca a su fin, como así ha sucedido en temporadas anteriores". Las cuentas de García Alonso dicen que en el ejercicio de 1986 hubo entre 20 o 25 millones menos de beneficios que el año anterior, y lo atribuye a que hubo menos asistencia a los toros en la feria de otoño.Lorenzo Hernández calcula que son más de 50 los millones de pesetas que se han dejado de recaudar desde que entró en vigor el nuevo pliego. "Los resultados taurinos y económicos de la fiesta fueron, en 1986, el primer año de vigencia del nuevo pliego, los peores en cinco años. Los ingresos se redujeron de 155 millones a 100 millones de pesetas, y no se justificaba que hubiese habido ese descenso en los. ingresos. Pone de manifiesto que el sistema de gestión interesada que entró en vigor en el año 1986 con el nuevo pliego era interesado e interesante para el empresario".

El diputado comunista advierte del peligro que existe de que el empresario, al tener bajo su gestión varias plazas, enjugue unos gastos con los beneficios de otras plazas, y viceversa. "Esto propicia el dolo", dice Hernández, "y la no transparencia de las cuentas".

Chopera responde a esas acusaciones afirmando que siempre tiene problemas con los diputados de la oposición: "Es un fenómeno ajeno a mí. Los diputados de la oposición critican siempre lo que hace la mayoría gobernante".

Gómez Angulo cree que "se puede estar financiando con Madrid la contratación de toreros en otras plazas. Se pueden hacer balances en los que se encubren otros gastos. No hay corrupción formal, pero el sistema da pie a que se produzcan irregularidades. Todos los males derivan del pliego de condiciones".

Encubrir balances

Chopera -como García Alonso- reconoce que es posible encubrir balances: "Es posible, sí, pero la comunidad tiene medios comprobar, según los precios del mercado, que no se hace eso".García Alonso entiende que se puedan producir irregularidades si un empresario gestiona varias plazas. "Al gestionar diferentes plazas", señala el consejero de Cultura, "se pueden obtener ventajas, pero también se pueden dar algunos tipos de encubrimiento. Cuando al final de temporada se nos entregan los balances, sigue vigente la confianza mutua, pero al mismo tiempo verificamos mediante un sondeo cómo han ido las plazas. Hasta ahora no hemos podido advertir ninguna diferencia escandalosa".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_