Historia argentina

Un argentino residente en Madrid, en carta a EL PAIS, da su visión de allá. Es dificil, señor Arfuch, hablar con imparcialidad desde el resentimiento del exilio, porque "el amor ilumina y fecunda todo lo que toca, mientras que el odio seca el alma". El sentimiento antimilitarista que usted aflora en su carta, a modo de aguijones, ha surgido en Argentina recientemente con motivo de los trágicos errores acumulados por los militares argentinos en la última década, errores que son consecuencia directa de los cometidos anteriormente por los políticos, pues no puede olvidarse que si los Gobiernos constitucionales hubiesen funcionado no se habrían producido los regímenes militares. Por ejemplo, si los tres Gobiernos de la segunda era peronista (Cámpora, el propio Perón e Isabelita) hubieran solucionado el caos de guerrillas, terrorísmo, etcétera, no se habría fraguado la dictadura militar de 1976. ¿Pero cómo iba a erradicar el peronismo aquella lacra si estaba arraigada desde lejos y fue Perón quien desde su cómoda y remunerada posición en Madrid alentó una y mil veces la guerrilla, el sabotaje, etcétera? Cuando Perón, de vuelta en Buenos Aires, quiso parar aquello no Ie fue posible. Históricamente no podemos olvidar -yo lo he vivido que fue Perón quien llevó el odio al pueblo argentino: "Por cada uno de los nuestros que caiga ,mataremos a cinco contreras"; "cuando haya que colgar, yo saldré el primero y con piolín (cuerda)", etcétera. Todo el infierno que hemos visto en estos años es herencia de aquella funesta siembra y de que ya en 1955 -soy testigo personal- había crecido la semilla del odio, cuando no se quiso aceptar la política de reconciliación del general Lonardi. "Dignidad nunca han 'tenido", dice el señor Arfuch. No se puede generalizar así olvidando y falseando la mayor parte de la historia argentina, que hay españoles que no suelen conocer, y no creo correcto presentarla sólo desde un lado del camino. La historia argentina está inseparablemente unida a su historia militar desde el 25 de mayo de 1808, en que alboreó la patria argentina. ¿No fueron dignos el general Lonardi, que terminó con la segunda tiranía desplegando la bandera del "ni vencedores ni vencidos sino todos argentinos", o el general Lanusse, que en 1973 entregó él poder a los peronistas que él había combatido, obedeciendo al mandato de las urnas que él había convocado? Necesitaríamos un periódico para exponer más casos dédignidad militar y para dar a conocer algunos entresijos de la historia argentina que ayuden a entender el presente.En resumen: e s hora de que depongamos todo el odio y se piense más en el futuro, que sí podemos moldearlo. El pasado ya es historia inamovible.-