Riaño intentó sin éxito estrenar 'Luna de lobos'
El filme fue rodado en escenarios que quedarán sepultados bajo la presa
"Esta tierra no tiene perdón. Esta tierra está maldita para mí". Con esta lacónica frase concluye la película Luna de lobos, que ayer se presentó en un pase exclusivo a los medios de comunicación en Cistierna, a 30 kilómetros de Riaño. El filme no pudo ser proyectado en un cine de Riaño, como estaba previsto, por no llegar a tiempo el proyector y la pantalla. Luna de lobos, una historia de maquis y de soledad muy en consonancia con la tierra, ha sido dirigido por Julio Sánchez Valdés y está basado en la novela de Julio Llamazares del mismo título. Se exhibirá hoy en León y posteriormente en toda España.
El paralelismo entre el tema de la película, basada en la novela del escritor Julio Llamazares, una singular historia de maquis, la última epopeya de aquella zona, y la larga resistencia sin esperanza de los habitantes del valle por conservar el lugar donde nacieron y murieron sus antepasados, actualmente amenazado de muerte por la construcción de una presa, obligó moralmente a la productora, Brezal PC, y, al director del filme, Julio Sánchez Valdés, a programar la proyección por primera vez de la obra en un antiguo cine de Riaño, el cine París, el único del valle abandonado hace más de diez años. Problemas de última hora en el transporte de la pantalla y el proyector, obligaron a la comitiva a trasladarse a Cistierna, fuera ya del valle de Riaño.El filme resucitó por una noche la vida de algunos familiares ya lejanos de los habitantes de Riaño. (tan sólo se permitió la entrada a medio centenar de extras, todos ellos vecinos de los pueblos de la comarca donde se ha rodado la película). El documento, 80% ficción, filmado en los montes de Riaño, Cistierna, La Ercina, Lois y Anciles, se ha convertido prácticamente en el último testimonio de la comarca leonesa, argumento esgrimido por el novelista y el director, ambos autores del guión cinematográfico, para su decisión.
El café Iris, cerrado hace ocho años, guardaba bajo paños amarillentos vasos, cucharillas y hasta una cafetera de la época. Allí se rodaron numerosas escenas. El café fue demolido en diciembre para situar en su lugar una columna del viaducto incluido en las obras del pantano.
Las desventuras de legendarios maquis como Casimiro Fernández Arias, nacido en La Mata de la Bérbula, exil:lado en Francia desde 1946 y cuya vida inspiró la novela de Llarnazares, o de topos como Gregorio García, Gorete, natural de Puebla de Lillo, o Eufemiano Díaz, de La Mata de Curueño, que cavó en plena contienda civil una sepultura en la majada de las ovejas, donde estuvo más de diez años oculto de la brigadilla (muerto hace cerca de dos años), recrean la trama de la película.
Narraciones orales
La página del maquis, casi siempre transmitida a través de narraciones orales de los protagonistas de la historia, es uno de los temás más desconocidos y atractivos de la última historia española. Fuera de los tópicos, y alejado de las tradicionales figuras de los partisanos yugoslavos, los maquisards franceses o los cangaçeiros brasileños, el maquis, convertido a veces en topo para salvar la vida, es un personaje que entronca para su desdicha con la parte más negra de nuestra propia historia. El hombre perseguido, acosado por sus ideas políticas, un moderno bandolero de metralleta en ristre, ha tenido en parte reflejo en películas como Los días del pasado, de Mario Camus, o El corazón del bosque, de Manuel Gutiérrez Aragón.Para Julio Llamazares, el filme "tiene la fuerza y la intensidad necesarias". El autor de la novela y coguionista de la adaptación cinematográfica afirma que lo único que echa de menos en la película es "la falta de frío y nieve", dos componentes inevitables en el mundo del maquis. Los exteriores, rodados entre los meses de septiembre y noviembre del pasado año, adolecen del segundo factor, a pesar de que en esa época suele nevar.
Luna de lobos consigue transmitir al espectador la impotencia del hombre solitario que se siente acorralado. No en vano novelista y director han nacido cerca de los escenarios naturales de Luna de lobos, filme que para Julio Sánchez Valdés, de 32 años, supone su segundo largometraje, tras De tripas corazón.
Luna de lobos tiene un presupuesto de más de 90 millones de pesetas, parte de los cuales fueron subvencionados por el Ministerio de Cultura. Al estreno asistieron, junto al autor de la novela y el director de la película, los actores Santiago Ramos, Antonio Resines, Álvaro de Luna y Cristina Collado, y el productor, José Luis Olaizola.
Babelia
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