Raúl Zurita: "Un pueblo sin sueños no tiene ninguna posibilidad de salvación"
ALFONSO ARMADA, Es la primera vez que Raúl Zurita, poeta chileno nacido en 1951, viene a España. Dice de Madrid que le parece una ciudad bellísima, y la contrapone a París, que le resulta insoportable. Sus ojos tienen un aire místico que coincide con el tono de su obra. Desde su primer libro, Purgatorio, publicado en 1979, escribe un cielo -"una obra unitaría", señala- bajo el epígrafe general de La vida nueva, que será el título del último libro. En la serie se incluyen los libros ya publicados Anteparaíso, Carta a su amor desaparecido y Prólogo a la vida nueva, el último, que data de 1986. "Si un pueblo se quedara sin arte se quedaría sin sueño y por lo tanto no tendría ninguna posibilidad de salvación", dice el poeta chileno.
Zurita no tiene una idea del poema como algo aislado. "Los poemas y los libros dependen unos de otros. El sentido global es lo que importa. Trato de reconstruir el camino inverso seguido por Dante en La divina comedia. En mi obra, he tratado de seguir el camino de la vida a la comedia, de la comedia a la vida nueva, del viejo al nuevo inundo".
A la pregunta de si su obra cambiaría si cambiasen las circunstancias políticas de su país, responde que su obra "no está ni por encima ni por debajo de la situación chilena. Cuando se pertenece a un mundo que ha tenido su Auschwitz la tragedia es también parte del mundo en que vivimos. En el caso nuestro, si hay un solo torturado, sí hay un solo desaparecido, todos los demás no podemos hablar sino como supervivientes. Mi poesía es una metáfora de la lucha de los sobrevientes en la faz de la tierra, que quieren seguir siendo seres humanos y continuar siéndolo. Por delirante o visionario que sea el sueño de los artistas y los poetas, ese sueño, su obra, nunca va a ir más allá de los sueños que tenga su comunidad. Un artista lo único que hace, aunque no lo sepa, es transcribir ese sueño. El genio es colectivo, le pertence al pueblo, a la comunidad. Siempre es así, aunque el escritor lo ianore".
Zurita vive en Chile durante ocho meses al año. Los otros cuatro los pasa en California, donde enseña literatura. "Pero no me gusta nada", matiza. Lo que gana en Estados Unidos es lo que le permite vivir, ya que se le ha impedido ejercer la docencia universitaria en su país.
Una de las facetas más sorprendentes de su obra son unos poemas escritos en el cielo. La experiencia se llevó a cabo en Nueva York en 1982, tras un intento frustrado en Chile. Fueron quince frases escritas en el cielo de Nueva York, por unos aviones que lanzaban señales blancas que formaban letras. Quince frases de 10 kilómetros de largo cada una, escritas a 4.000 metros de altura. Las escribió en español "porque era mi lengua madrp y como homenaje a los grupos minoritarios de todas partes". Las frases, fotografiadas, figuran en su libro Anteparaíso.
"Cuando decidí escribir en el cielo pensé que el cielo, desde los tiempos más inmemoriales, ha sido el lugar hacia el que todas las comunidades han dirigido sus miradas, porque allí está escrito su destino. Uno de los mayores deseos sería ocupar ese cielo como una página donde cualquiera pudiera escribir su destino".
Del inevitable Pablo Neruda dice Zurita que su Canto general es la obra de ingeniería más importante que se ha hecho en su país. "El sentido de la historia que hay en Neruda no está agotado: es un orgullo patrio, y un orgullo de la poesía y del idioma. Las obras nunca son individuales. Un pueblo que fue capaz de crear el Canto general es capaz de soportar la muerte general. Yo quiero cantar de nuevo la historia y eso hubiera sido inconcebible sin la obra de Neruda", concluye el escritor.
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