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El desafío español ante una economía moderna

SWISS REVIEW OF WORLD AFFAIRS

Los socialistas españoles, que han conseguido permanecer en el Gobierno por otros cuatro años más tras su victoria en las últimas elecciones, se consideran a sí mismos como los arquitectos de una España nueva y moderna.La autosatisfacción con la que el régimen admira sus propias hazañas no es del todo oportuna. La tasa de paro está por encima del 20% y la grave carencia de un sistema estadístico fiable en España no puede enmascarar este hecho. Y ello guarda poca relación con las declaraciones del ministro Solchaga en las que afirmaba que la cifra más reciente de tres millones de parados era ficticia y que, en vista del rápido crecimiento de la economía sumergida, sólo alrededor de un 15% de la fuerza laboral puede considerarse en paro real.

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Hasta ahora la liberalización de la economía española ha sido llevada a cabo de un forma vacilante e irregular. El rápido crecimiento de la economía sumergida, a la que Solchaga se refería para restar importancia al problema del paro, está relacionado con el hecho de que las condiciones legales existentes en este país amenazan cada vez más con anquilosar la iniciativa privada. Miguel Boyer sumó recientemente su voz al coro de aquellos que pedían una mayor liberalización. La reacción de Guerra pudo ser un intento de apaciguar a los sindicatos, los cuales habían unido vehementemente sus fuerzas para oponerse.

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