Nicaragua teme un ataque de EE UU como el lanzado contra Libia en abril
Nicaragua teme un ataque de Estados Unidos como el lanzado contra Libia el 15 de abril para distraer la atención internacional de la crisis interna que sufre la Administración de Ronald Reagan, explica el presidente de la Asamblea Nacional de este país, Carlos Núñez. Para los sandinistas, la crisis de credibilidad de Reagan y el descrédito de la contra son elementos que hacen temer un incremento en la actividad militar de los rebeldes, como parece estar ocurriendo desde el lunes último en la zona fronteriza con Honduras.
"No estamos cantando victoria ni creemos en una luna de miel con motivo de las dificultades de Reagan. Somos más prudentes que nunca para evitar que una acción nuestra pueda permitir a Estados Unidos presentarál régimen de Nicaragua como agresor y realizar un golpe tipo Libia en contra nuestra", afirma Carlos Núñez. El dirigente sandinista, uno de los nueve comandantes que dirigen al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), representa en Madrid a su país en la cuarta conferencia de presidentes de Parlamentos democráticos iberoamericanos, que concluyó ayer en el Congreso de los Diputados. Nicaragua participa por primera vez en esta organización, tras haber sido aceptada su incorporación en la reunión de México del año pasado.Pregunta. Daniel Ortega ha denunciado un incremento de la actividad de la contra en la frontera con Honduras y una masiva movilización de tropas norteamericanas. ¿Cómo califican ustedes esa situación?
Respuesta. Los mercenarios somocistas están intentando desde hace dos semanas protagonizar un salto de calidad en la guerra y penetrar en territorio nicaragüense para destruir la cosecha cafetera y provocar, una reacción nuestra. El objetivo es proporcionar un pretexto a las tropas norteamericanas acantonadas en Honduras para asestar un golpe contra Nicaragua con la excusa de defender la integridad del territorio hondureño.
P. Toda la serie de revelaciones surgidas en EE UU tras la detención del norteamericano Eugene Hasenfus y la conexión iraní ha supuesto una coyuntura favorable para ustedes. ¿De qué manera piensan sacar partido?
R. Nosotros estábamos seguros de que todas esas operaciones encubiertas se tendrían que saber, como ha ocurrido. Pero no lo celebramos como una victoria, sino que lo vemos como un momento muy delicado y difícil. Todo esto aparentemente nos favorece, pero no podemos confiarnos y descuidarnos, porque justamente esta situación aumenta el peligro de que se pretenda intrementar la intensidad de la guerra.
El 'caso Hasenfus'
P. Sobre la conveniencia de conceder un indulto a Hasenfus [condenado a 30 años de prisión] parecen existir discrepancias en Managua. ¿Cuál es su opinión?R. Hemos recibido sugerencias diversas, incluyendo peticiones de personalidades norteamericanas, que nos recomiendan conceder la gracia a Hasenfus. El caso aún no ha sido considerado, pero le puedo asegurar que no existe esa división en el Gobierno. En todo caso es la Asamblea Nacional la que debe conceder los indultos a proposición del presidente de la República. Todo el proceso del indulto debe comenzar con una investigación que realiza la Comisión Nacional de Promoción y Defensa de los Derechos Humanos, organismo independiente del Gobíerno.
P. La Asamblea Nacional nicaragüense acaba de terminar de redactar y de aprobar la nueva Constitución. ¿Cuáles son sus principales características y cómo fue el debate?
R. Después de la elección de sus miembros, en 1984, la Asamblea Nacional elaboró un anteproyecto que fue sometido a la discusión popular en 75 cabildos abiertos, en los que participaron unas 100.000 personas. Después se elaboró el texto final en la Asamblea Nacional, con la participación de siete partidos políticos, lo que es en sí mismo un éxito, debido a los intentos permanentes de la Embajada norteamericana en Managua de boicotear el proceso.
No es una Constitución sandinista, sino el fruto de un consenso en la Asamblea. En sus 202 artículos se establece el pleno pluralismo político, una economía mixta y el no alineamiento internacional. Además, se fijan elecciones presidenciales y legislativas cada seis años, de manera que los próximos comicios generales tendrán lugar en 1990, y esperamos que a comienzos de 1988 sean convocadas las elecciones municipales. Según la Constitución, cada ciudadano tiene el derecho a profesar cualquier religión y credo político, a pertenecer a cualquier partido y a disfrutar de todas las libertades básicas. Al mismo tiempo, cada partido tiene pleno derecho a aspirar a conquistar el poder político. Hemos hecho un esfuerzo para instítucionalizar la revolución aun en medio de una guerra, y creemos haber hecho un aporte a todos los países latinoamericanos.
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