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RESUMEN DE UN ACONTECIMIENTO CULTURAL

Infraestructura y escaparate

Alfonso Armada

A. A. Araceli Pereda, directora general de Cultura de la Comunidad de Madrid, ha precisado que los presupuestos de la Comunidad para cultura en este año han sido de 1.500 millones de pesetas. De esa cantidad, 670 millones, sin contar los 300 del III Festival de Otoño, se destinan a promoción y difusión cultural (que comprende cine, teatro, música, danza, ayudas a Ayuntamientos, asociaciones y apoyo a congresos, como uno reciente sobre multilingüismo).

Pereda estima que su labor es de infraestructura, y la del festival es más de escaparate cultural. "La cultura de escaparate es necesaria a veces, pero no todo el festival es escaparate. El escaparate es sólo una quinta parte de lo que dedicamos a cultura". Aunque dice no tener datos sobre costes y asistencia de público del festival, Pereda cree que "no es misión de los organismos públicos que patrocinan la cultura la rentabilidad económica, sino la cultural y social".

Guerras internas

Cuando Pereda tomó posesión de su cargo, en septiembre de 1985, hizo unas declaraciones críticas sobre el Festival de Otoño. Entonces aseguró que en el festival del año siguiente (el que acaba de concluir) intervendría activamente. Ahora ha afirmado que "las relaciones entre la Dirección de Cultura y el festival no existen", para matizar a continuación: %Me voy a preocupar de una cosa que me dicen que funciona si me garantizan que funciona sin que yo entre?". Fuentes próximas a la Comunidad revelaron que entre Pereda y Pilar de Yzaguirre, codirectora del festival, nunca hubo buenas relaciones. Un cargo de la comunidad autónoma madrileña calificó la pugna entre ambas de "guerra de bragas". Pereda respondió con un escueto "sí" a la pregunta de si eran cordiales 4as relaciones entre su departamento y la dirección del festival.

Las tensiones entre el festival y la comunidad llevaron a los directores de aquél a presentar su dimisión ante Joaquín Leguina, presidente de la Comunidad de Madrid, en la primavera de este año, porque no terminaban de confirmarles en su cargo. Su preocupación, a lo largo de estos tres años, ha sido la de crear un organismo autónomo que diera continuidad al festival, pero la comunidad parece haber desconfiado hasta ahora de esa pretensión. Fuentes cercanas a la Comunidad llegaron a aventurar la realización de una auditoría de este tercer festival, como se hizo con el festival de 1984.

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