Japón promete una reforma fiscal favorable a los vinos y licores europeos
Las autoridades japonesas han prometido adoptar una postura más flexible hacia las importaciones de vinos y alcoholes procedentes de los países del Mercado Común tras las demandas de los representantes de la Comisión Europea, que la semana pasada en Tokio insistieron en una reforma fiscal, de arancel y de etiquetado, en el sector de vinos en Japón.Jos Loeff, director general adjunto de la Comisión Europea para Relaciones Exteriores, manifestó que por vez primera Japón prometía revisar algunas de las actuales medidas que perjudican la entrada y la comercialización de cervezas, vinos y alcoholes de origen comunitario. Sin embargo, la reunión no concluyó con medidas específicas, aunque la delegación nipona prometió reformas en los capítulos de arancel e impositivo.
¿Por qué en Japón una botella de coñá, whisky o vino puede llegar a costar hasta ocho veces más de precio que en un país de la CE? El misterio es de fácil explicación para los expertos en la materia.
"En primer lugar", comenta un funcionario de una oficina comercial de un país europeo, "por el alto nivel impositivo de Japón tanto en materia de arancel como sobre todo de impuestos. También por el peculiar sistema i de distribución japonés, cuya cadena de intermediarios encarece considerablemente todos los productos desde el productor hasta el consumidor".
En el caso de los alcoholes es difícil, si no imposible, encontrar en Japón una botella de vino de mesa por debajo de los 1.000 yenes (unas 850 pesetas), y los precios de una botella de alcohol, coñá o whisky se sitúan en un promedio de 6.000 a 10.000 yenes (entre 5.000 y 8.500 pesetas) o escalan para ciertas reservas hasta los 40.000 yenes (34.000 pesetas), multiplicando varias veces los precios en relación con Europa o Estados Unidos.
"Los japoneses", comenta un experto europeo en temas comerciales, "producen sus propios vinos, la mayoría con tan sólo un 15% de mosto japonés y el resto de vino importado a granel", hecho que no impide que en la mayoría de las etiquetas de botellas de vino japonés puedan leerse pomposos nombres de cháteau niege o cháteau brillant, por citar tan sólo unos ejemplos, que pueden inducir al consumidor a errores sobre el verdadero origen de las reservas, que en general se venden alrededor de los 1.000 yenes para arriba.
Actualmente Japón tasa los vinos y alcoholes importados en función de su nivel de calidad. Los expertos de la Comunidad Europea desean que los impuestos se apliquen según el nivel de grado alcohólico.
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