Testimonio de un funcionario en peligro
La concentración en apoyo del general Augusto Pinochet el pasado 9 de septiembre en Santiago, la primera de este tipo en varios años, generó numerosas presiones contra funcionarios estatales, a los que se obligó a acudir.La marcha -que congregó un millón de chilenos, según el Gobierno-, había sido organizada varias semanas antes del atentado fallido contra Pinochet, cometido el domingo 7.
La siguiente carta, enviada por un jefe de sección de una empresa estatal a un amigo en España, ilustra dramáticamente el tipo de presiones ejercido por el régimen para conseguir una manifestación masiva:
"Aquí hoy tenemos grandes novedades: es la marcha de apoyo a Pinochet. Hay absoluta obligación de asistir. Yo no voy a ir, así que a lo mejor mañana ya no tengo pega (trabajo) o me irán a mandar a regiones, (provincias) disimulando que me echan. No se qué irá a pasar. No sólo tengo obligación de ir, sino de vigilar que la gente que de mí depende también vaya... Ésta va a ser la primera de una serie de manifestaciones que se iniciaran desde este 'primer día del futuro de Chile', así que hay un nutrido programa de adhesiones futuras donde todos podremos manifestar nuestro apoyo a nuestro Ilustre y Heroico Presidente".
"Me imagino que allí deben estar llenos de noticias, más que acá. Desde ayer estamos en estado de sitio, con prohibiciones de todo tipo...".
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