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España ha pagado 116.000 millones de pesetas por el riesgo de los países con deuda externa

Joaquín Estefanía

España ha pagado indemnizaciones por valor de más de 116.000 millones de pesetas como garantía por el seguro de riesgos políticos de países fuertemente endeudados. Las naciones con más siniestralidad política para España son Argentina, Cuba, Marruecos, Perú y Nicaragua. Estos datos, que se hacen públicos por primera vez oficialmente, están contenidos en la memoria correspondiente a 1985 de la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (CESCE), que la semana pasada celebró su junta general.

ENVIADO ESPECIAL, El alarmante crecimiento de la siniestralidad política fue puesto de manifiesto el pasado lunes por Álvaro Bustamante, subdirector general de Fomento Financiero a la Exportación, en el seminario sobre Ajuste económico versus desarrollo: el caso de Iberoamérica, que se está celebrando en la Universidad Intemacional Menéndez Pelayo, de Santander. Bustamante describió la coyuntura internacional basándose en los datos de CESCE: en 1985 ha seguido sin superarse la crisis financiera de solvencia iniciada tres años antes; la gran mayoría de las entidades aseguradoras han debido hacer frente, durante el último año, a pagos por indemnizaciones muy superiores a las primas percibidas, e incluso ampliamente superiores a la suma de estas últimas y de las recuperaciones logradas; las posiciones de solvencia de un gran número de países deudores no han proseguido en el ejercicio anterior la mejora que habían iniciado en los dos años precedentes.La intensificación del desequilibrio financiero internacional se ha traducido en España en un nuevo incremento de los pagos por indemnizaciones, un 96% de las cuales se ha debido a siniestralidad de carácter político.

Desde que CESCE inició sus actividades en 1972, hasta finales de 1985, las indemnizaciones brutas pagadas por el seguro en la garantía de riesgos políticos ascienden a 116.300 millones de pesetas. Las recuperaciones suman unos 32.700 millones. La diferencia, de unos 83.000 millones de pesetas -la siniestralidad neta- se distribuye a lo largo de una lista de países, entre los que destacan Argentina (más de 19.000 millones), Cuba (16.000 millones), Marruecos (7.700 millones), Perú (7.500 millones) y Nicaragua (6.200 millones). De todos estos casos se trata, evidentemente, de deuda pública comercial asegurada.

La posición mexicana

En el seminario se trató también la difícil posición de México. El país azteca tiene la economía más afectada por la caída de los precios del petróleo, que ha agravado su crisis de solvencia. Muchos observadores entienden que la reducción del déficit del sector público, en la expansión de las exportaciones de bienes y servicios distintas del crudo, y en la creación de las condiciones que propicien la repatriación de capitales, México puede encontrar maneras de encajar en buena medida este segundo golpe a su economía y su solvencia. CESCE cree pobable, sin embargo, "un determinado desarrollo de signo negativo" de la economía mexicana.El representante de la Administración española, Álvaro Bustamante, explicó que Estados Unidos no puede dejar caer a México en la quiebra y que obligará a su banca privada, y a la banca privada del resto de los países occidentales a través de sus autoridades monetarias, a elaborar un paquete de rescate financiero a México. España no puede quedar exenta de nuevas obligaciones en forma de créditos oficiales y de nuevas aportaciones de dinero fresco de las entidades financieras privadas, para la economía mexicana.

Emilio de la Fuente, director del área comercial-económica del Instituto de Cooperación Iberoamericana, entidad colaboradora del seminario, explicó cuál es la posición oficial española ante el problema de la deuda externa de América Latina: España es un país que combina la circunstancia de ser pequeño deudor (alrededor de 28.000 millones de dólares) y pequeño acreedor (la región latinoamericana le debe entre 7.000 y 8.000 millones de dólares, un 3,5% de la deuda total). Por ello, el Gobierno español es partidario de buscar la responsabilidad compartida entre deudores y acreedores, dentro de las posturas más generosas.

Sin embargo, España no puede ser partidaria de una condonación de la deuda porque, a su vez, está sufriendo en su interior un proceso de ajuste muy significativo que ha llevado a la cifra de tres millones de parados.

"Al principio de los años ochenta, España tenía un superávit con América Latina de alrededor de 1.000 millones de dólares. Hoy existe un déficit de 2.000 millones; este déficit es considerable para España y le sirve a América Latina para pagar a los bancos acreedores. El esfuerzo de España no sirve pues para el desarrollo de la zona, sino para pagar a la banca internacional", afirmó por último De la Fuente.

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