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Continúan las sorpresas en el festival de teatro de Valladolid

ROSANA TORRES, La VIII Muestra Internacional de Teatro de Valladolid, inaugurada con Natural history, de la performer norteamericana Laurie Anderson, continuó ofreciendo sorpresas el pasado fin de semana. Mozartnu, corto espectáculo del Teatro Metropolitá de Barcelona, dirigido por Iago Pericot, entusiasmó a un público que por la tarde siguió en un respetuoso silencio Shatterhand massacre-Riderless horse, de John Jesurun, joven conceptualista al que la Prensa neoyorquina le dedica en los últimos años una especial atención y que acude por primera vez a España.

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Comunicar belleza

El Taller de Busqueda y Realización Teatral de la compañía francesa de Philippe Adrien presentó Reves, una investigación sobre el tratamiento teatral de los sueños.Nueva York, una ciudad que se siente en la obligación de ir produciendo hombres que creen vanguardia, tiene vueltos los ojos, sin quitárselos de encima, sobre John Jesurun, un joven de 34 años con una sensibilidad a flor de piel y una sonrisa de niño desamparado. De origen latino, Jesurun trata de hablar en lenguaje cinematográfico sobre un escenario teatral. "Me interesa mucho el espacio físico, pero cuando hacía escultura no me satisfacía", dice John Jesurun. "Quería hacer algo que comunicara aún más cosas, y una cámara produce mucha más información, y de forma mucho más íntima. Me interesa el cuerpo, el sonido, la voz, el gesto, todo ello en relación con el espacio. Intento unir el lenguaje del cine y el del teatro porque me parece que produce algo enormemente sensitivo".

El montaje de Jesurun Shatterhand massacre-Riderless horse (Masacre a guantazos-Caballo desbocado) produce, una vez visto, la sensación de haber asistido a un espectáculo en blanco y negro. El público lo siguió con respetuoso silencio, a pesar de su dificultad, ya que el texto se recitó en inglés. En la forma del mismo, en el contenido, en la concepción se intuye de forma constante el absurdo, se tiende al superrealismo.

Flotan en el ambiente Ionesco, Beckett, Genet, y es como si se observara una lectura contemporánea de todos ellos al mismo tiempo. "Yo sé que el teatro clásico es bueno, es necesario, pero me aburro mucho viéndolo, y pienso que no es del todo bueno para la gente de la calle", comenta Jesurun. "Yo me considero moderno porque vivo en la calle, tengo radio, compro discos y creo comprender que hoy el mundo es así. Soy moderno y aprendo del mundo a través de los media, unos media que a veces cuentan muchas mentiras".

Jesurun piensa que estos medios se pueden utilizar en algo que sea más verdad, para algo que sea más bueno para la mente y para el corazón. "Hay que sentir a través del corazón y de la mente al mismo tiempo porque si no no es bueno, y en mi trabajo pretendo que se den las dos cosas al mismo tiempo, lo intelectual y lo emocional, y que además los espectadores queden un poco confusos.

Cuando todo está claro lo aceptan y es peor".

Revés, presentado por Philippe Adrien con su Taller de Búsqueda y de Realización Teatral, es una interesante puesta en escena sobre textos de Kafka y Schnitzler. A lo largo de un año, el grupo investigó sobre el tratamiento de los sueños con planteamientos teatrales.

"La realización ha partido de un sueño", explica Philippe Adrien. "En el teatro hemos seguido alegremente la metáfora freudiana para el inconsciente y situado todos los sueños de Kafka en un teatro, del cual compartimos con su doble (Joseph K) las funciones mayores: actor, espectador y director".

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