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Reagan pretende que los 'siete' aprueben en Tokio una condena común contra Libia

Los máximos dirigentes de los siete principales países más industrializados del bloque occidental (Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania Occidental, Reino Unido, Francia, Italia) y de la Comunidad Europea comenzarán mañana en Tokio su duodécima cumbre económica, con especial atención a las cuestiones políticas, tras la crisis originada por el bombardeo norteamericano a Libia, el 15 de abril. Ronald Reagan, presidente de EE UU, que llegó ayer a Tokio procedente de Bali (Indonesia), intentará convencer a sus aliados para que haya una declaración común de condena a Libia y de apoyo a la lucha

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Aunque la Unión Soviética ha rechazado la ayuda occidental, y en especial la oferta estadounidense para combatir los efectos del accidente nuclear ocurrido en las cercanías de Kiev, se espera que los siete incluyan en su agenda las medidas de seguridad que se deben adoptar en casos similares. Es probable que haya una declaración en la que se critique la escasa información facilitada por Moscú en un accidente cuyas consecuencias de contaminación radiactiva sobrepasan las fronteras de la URSS.En los aspectos específicamente económicos de la cumbre, los jefes de Estado o de Gobierno conversarán en el palacio de Akasaka, en la capital japonesa, sobre los ajustes necesarios en las economías occidentales tras la caída de los precios del petróleo, la baja de los tipos de interés y el relativo control del fenómeno inflacionario.

El capítulo del desempleo, en especial entre las jóvenes generaciones, será igualmente abordado en una cumbre en la que se espera que prevalezca el optimismo, tras la recuperación de las economías occidentales, aungue no sea con carácter uniforme.

Japón será centro de críticas por su política de exportaciones y por el alto superávit de su balanza comercial, que roza los 50.000 millones de dólares. El fuerte déficit presupuestario de Estados Unidos se considera como una bomba de relojería en medios financieros internacionales, a pesar de las promesas de la Administración de Reagan de que para principios de la década de los noventa EE UU contará con presupuestos públicos equilibrados.

En relación con los países en vías de desarrollo, Reagan insistirá para que en el comunicado final se mencione la situación de los países de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN), con cuyos ministros de Asuntos Exteriores (de Indonesia, Filipinas, Singapur, Malaisia, Tailandia y Brunei) se entrevistó Reagan el pasado jueves en Nusa Dua, en la isla de Bali. Reagan prometió hacer de portavoz de los intereses de la ASEAN en la cumbre, aunque sus promesas fueron más filosóficas que específicas, dada la inquietud por la caída de los precios de las materias primas y por las tendencias comerciales proteccionistas, que ganan posiciones en Estados Unidos.

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