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FIN DE UNA DICTADURA

Marcos recibe asilo provisional en la isla norteamericana de Guam, en el oceano Pacífico

Francisco G. Basterra

El ex presidente filipino Ferdinand Marcos, acompañado de su familia y de sus más próximos colaboradores, entre ellos el general Fabián Ver, llegó a las siete de la tarde (hora de Washington), una de la madrugada del miércoles, hora peninsular española, al territorio norteamericano de Guam. Marcos inicia así su exilio en esta isla dependiente de Estados Unidos, situada al este de Filipinas y a 3.300 millas al oeste de Hawai, en el océano Pacífico. Un alto funcionario de la Administración anunció anoche en Washington que Marcos permanecerá en Guam "algún tiempo" y aún no se sabe cuál será su destino final. Estados Unidos ha reconocido inmediatamente al nuevo Gobierno de la presidenta Corazón Aquino, que ha calificado de "centro izquierda", y le ha prometido ayuda económica y militar.

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El ex presidente filipino llegó a Guam en un avión norteamericano procedente de la base americana de Clark, al norte de Manila, donde descansó y durmió durante unas horas antes de que decidiera abandonar el país. Unas 60 personas acompañaron a Marcos en esta primera etapa de su exilio. Marcos intentó en un primer momento quedarse en Filipinas, en su provincia de Ilocos, en la isla de Luzón, pero la nueva presidenta, Corazón Aquino, respondió al embajador norteamericano en Manila que no era posible. El nuevo poder explicó a los norteamericanos que sería difícil controlar las tensiones que provocaría la permanencia del ex dictador en su país.Guam es un lugar que en el pasado formó parte de las españolas islas Marianas. Es un territorio norteamericano dirigido por un gobernador y que envía un delegado a la Cámara de Representantes en Washington. Está bajo la jurisdicción del Ministerio del Interior norteamericano. La pueblan 110.000 habitantes, tiene una extensión de 204 millas cuadradas (unos 322 kilómetros cuadrados) una longitud Máxima de 30 millas (48,27 kilómetros) y, una anchura de ocho (12,8 kilómetros cuadrados).

La Administración de Ronald Reagan, cuyo portavoz es Larry Speakes, afirmó anoche que Marcos no se ha acogido al asilo político en EE UU. "No sé el status preciso de su visado de entrada en este país, pero no se trata de un asilo", afirmó un alto funcionario del Gobierno. Ronald Reagan ha invitado a Marcos a viajar a Estados Unidos, para lo cual le garantizaría su seguridad y que no sería concedida su extradición si fuese solicitada por las autoridades de Manila. Existe un tratado de ex tradición entre los dos países, pero no ha sido ratificado por el Senado norteamericano. El presidente Reagan, un viejo amigo de Marcos al que se ha visto forzado a abandonar, garantizó el lunes al presidente filipino, a través del senador Paul Laxalt, que EE UU garantizaba a Marcos "su salida en paz, su seguridad y su dignidad". En ningún momento hubo contacto directo de Reagan con Marcos.

En una última llamada telefónica desde el palacio de Malacañang a Paul Laxalt -un íntimo amigo de Reagan-, realizada a las dos de la tarde del lunes (hora de Washington), Marcos preguntó a Estados Unidos si podría compartir aún el poder con Corazón Aquino y si no sería castigado si viajaba a Estados Unidos. A la primera pregunta, la Administración respondió que no era posible, pero accedió a su segunda solicitud. Washington no quiso comentar anoche si la oferta de amparar a Marcos contra una eventual persecución judicial cubre también al ex jefe del Ejército, el general Fabián Ver, a quien se considera directamente implicado en el asesinato de Benigno Aquino. "Era un hombre desesperado", afirmó ayer Laxalt describiendo.al presidente filipino.

La Administración de Reagan reiteró anoche que "Estados Unidos no ha echado a Marcos", sino que han sido los propios filipinos quienes han decidido el desenlace, el pueblo, la Iglesia y el Ejército. "Hernos ayudado a que Marcos comprendiera esta realidad". Marcos podría recibir tratamiento médico en EE UU si finalmente decide quedarse en ese país.

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Al parecer, Marcos sufre una grave enfermedad degenerativa y el espionaje norteamericano calcula que no tiene más de un 50% de posibilidades de vivir dos años más. Cuando dejó la base de Clark estaba lúcido, dijo un alto funcionario norteamericano.

Las últimas negociaciones para la salida de Marcos se produjeron entre el embajador norteamericano en Manila y familiares de Marcos. Su esposa, Imelda, tuvo un papel relevante en las últimas discusiones que condujeron al envío a Malacañang de cuatro helicópteros norteamericanos para trasladar a Marcos a la base de Clark. Las conversaciones fueron telefónicas y fue su familia, en la madrugada del martes, la que dijo finalmente a Washington que el presidente quería abandonar el poder.

Alivio y satisfacción

El Gobierno norteamericano había acogió ayer con profundo alivio y satisfacción la caída de Marcos, un viejo y fiel aliado de ese país durante 20 años al que finalmente su amigo Ronald Reagan ha empujado fuera del poder para proteger los intereses estratégicos de EE UU en el sureste asiático.

El secretario de Estado, George Shultz, anunció ayer desde la Casa Blanca, a las 9.45, hora de Washington (15.45, hora peninsular), la noticia que.todo el mundo estaba aguardando. Dos helicópteros norteamericanos habían trasladado poco antes a Marcos y a su familia a la base de Clark, a 50 millas al noroeste de Manila, concluyendo así el largo reinado del mejor aliado anticomunista de EE UU en Asia.

Una declaración del Gobierno hecha pública por Shultz afirmaba que el presidente "está satisfecho con la pacífica transición a un nuevo Gobierno" en Filipinas. Estados Unidos extiende su reconocimiento al nuevo Gobierna, presidido por Corazón Aquino, al que considera "fundamentalmente centrista". "Hacemos un reconocimiento especial de su compromiso con la no violencia, que le ha ganado el respeto de todos los filipinos". Lo ocurrido fue descrito por el secretario de Estado como uno de "los más interesantes y valientes ejemplos del proceso democrático en la historia moderna". "Estados Unidos está preparado para cooperar y ayudar a que el Gobierno de la presidenta Aquino resuelva los problemas de desarrollo economico y seguridad nacional".

La Administración de Reagan, la más anticomunista de la historia de este país, que en un mes ha ejercido un papel clave para acabar con dos dictadores de derechas que tradicionalmente tuvieron el apoyo de Washington -Jean-Claude Duvalier, en Haití, y Ferdinand Marcos, en Filipinas-, insistió ayer, sin embargo, en que Washington "no ha provocado esto; ha sido algo que ha hecho por sí solo el pueblo filipino, y le felicitamos por esta demostración de democracia". Resulta sorprendente asistir a estos cambios de dictaduras amigas de EE UU a democracias amigas. El principal problema ahora para la Administración será trabajar con el nuevo poder, cuya posición sobre el futuro de las bases de Estados Unidos y el papel de la izquierda en el archipiélago es aún dudoso.

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