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FIN DE UNA DICTADURA

Marcos huye a la isla de Guam, bajo la protección de EE UU

Manila Ferdinand Marcos huyó ayer del palacio de Matacañang, nueve horas después de proclamarse presidente, a bordo de un helicóptero que le trasladó a la base estadounidense de Clark, donde pasó la noche. De madrugada (cuando aún era noche del martes en España), el ex presidente filipino voló en un avión norteamericano a la isla de Guam, a tres horas de vuelo de Manila, una isla en el Pacífico bajo administración de EE UU. Tras anunciar la renuncia de Marcos, Washington reconoció al régimen de Corazón Aquino, que había jurado su cargo unas horas antes. Al parecer, Marcos había tratado de permanecer en Filipinas, aun despojado de la presidencia, pero se le persuadió de que dejara el país.

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El ex presidente Marcos llegó a Guam a primeras horas de hoy, junto con sus familiares y allegados políticos, entre ellos, el ex general Fabián Ver, hasta un total de unas 60 personas. Fuentes norteamericanas informaron que el ex presidente permanecería "algún tiempo" en la isla, que es una gran base militar de EE UU en el Pacífico. Marcos recibirá posiblemente tratamiento médico en Guam de la grave afección de riñón que padece. Marcos podría quedarse algunas semanas en la isla antes de trasladarse a su exilio definitivo, que se presume que será EE UU. Aquellas fuentes puntualizan, sin embargo, que el estatus del ex presidente no es el de refugiado político, por lo que se presume que viaja con visado normal.Filipinas, que durante nueve horas había vivido una esperpéntica situación, con dos presidentes, se liberaba así de 20 años de gobierno autocrático y comenzaba una nueva etapa, avalada por el ?poder del pueblo". "La larga agonía ha terminado", dijo Cory Aquino en su primera intervención presidencial televisada.

A primeras horas de la noche, una multitud se lanzó al asalto del palacio de Malacañang, que poco antes habían abandonado Marcos y su familia. Los asaltantes lograron entrar en el edificio anexo y tiraron por las ventanas papeles, archivos, listines telefónicos y retratos de Marcos y de su esposa, Imelda.

El general Fidel Ramos, sublevado el pasado sábado contra Marcos y nombrado horas antes por Cory Aquino nuevo jefe supremo de las fuerzas armadas, se dirigió a Malacañang para aplacar a la multitud.

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Manila fue una fiesta el primer día de democracia

Viene de la primera páginaA las doce de la noche del martes, hora local, habían empezado a llegar soldados con brazaletes amarillos de Cory en los brazos de las guerreras de camuflaje, fusil en alto y la firme decisión de ocupar el palacio presidencial, mientras continuaba el griterío de Cory, Cory, Cory, Poder popular y Cory, mabuhay (Bienvenida, Cory).

Era la culminación de una fiesta popular donde abundaron los jóvenes y que había empezado por la mañana en el Club Filipino cuando Corazón Cojuangco Aquino fue nombrada oficialmente séptimo presidente de Filipinas, posando su mano izquierda sobre la Biblia y pronunciando el juramento de la toma de posesión ante el presidente del Tribunal Supremo, Claudio Teehankee.

Casi simultáneamente al juramento de Cory Aquino, proclamada en nombre de los resultados de las elecciones presidenciales del pasado 7 de febrero que contabilizó el NAMFREL (Movimiento Ciudadano para unas Elecciones Libres), los militares leales a Marcos hacían su última intentona contra el canal 4 de la televisión, controlado por tropas fieles al nuevo régimen democrático.

Hubo movimiento de tanques desde Tarlac, a 90 kilómetros al norte de Manila, en dirección a la capital, y se combatió en el área del barrio de Makati, considerado uno de los bastiones del régimen de Marcos. En Makati se produjeron tres muertos, con lo que se elevaba a 12 el número de fallecidos durante cuatro días de una tensión que rozó la guerra civil. Pero la suerte estaba echada y el sentido común se impuso a favor de un cambio político en líneas generales casi pacífico.

Desde las 11.00 horas del martes hasta la huida de Marcos, Filipinas tuvo dos presidentes. A las doce del mediodía, el dictador, acorralado en su palacio, cumplió su promesa y se proclamó presidente para un nuevo mandato de seis años, de acuerdo con los resultados trucados de las elecciones del pasado 7 de febrero, en el salón de actos de Malacañang, rodeado de sus ministros y de sus últimos seguidores, que gritaban: "Marcos, par¡n" (Marcos, otra vez) enarbolando banderitas nacionales.

Un dato común

Ambos actos, tanto el de Cory Aquino como el de Marcos, habían tenido sólo en común la interpretación del himno nacional, pero con la diferencia de que para Cory era de bienvenida y para marcos de despedida. Para los seguidores de Marcos el principio del fin se desencadenó cuando a las 12.15 horas de ayer (las 5.15 hora española) se interrumpió la conexión del canal 9 de la televisión, aún controlado por el equipo de Marcos, con el palacio. Fue la última vez que los filipinos vieron en directo la imagen del dictador.

La tarde transcurrió con un sinfín de comunicados de los sublevados, general Fidel Ramos y ministro de Defensa Juan Ponce Enrile, que daban nombres de jefes militares y soldados que se pasaban al bando de Cory Aquino, debilitando el poder militar que Marcos no se atrevió a utilizar ante los rebeldes de Camp Crame, protegidos durante cuatro días y tres noches por decenas de millares de civiles que formaron un cordón de seguridad y de barricadas de autobuses, camiones o sacos de arena. A última hora, hileras interminables de personas unidas por los brazos lograron neutralizar con la protección de un despliegue de vírgenes, rosarios y crucifijos, los últimos estertores de una represión que Marcos no osaba desencadenar.

La tarde discurrió plagada de todo tipo de rumores: desde ataquesal aeropuerto -donde comenzaban a aterrizar algunos vuelos internacionales- que ha sido bautizado como Aeropuerto Benigno Aquino, el marido asesinado de Corazón, a atentados o detenciones, sin que nada pudiera ser confirmado.

Al fin llegó la hora cero de la nueva revolución filipina. Happy new year (feliz año nuevo), gritó alocado uno de los miles de asaltantes de Malacañang.

Un año que comienza para Filipinas con la esperanza de que la democracia resuelva miles de problemas que, en algunos casos, no serán superables a corto plazo, sobre todo en el aspecto económico y en un país con una economía sangrada por la crisis, la corrupción y los negocios monopolizados por la familia Marcos y sus paniaguados.

Devolver la esperanza

La esperanza unánime del pueblo es que Cory -que prometió ser "sincera" cuando se vio lanzada a la lucha política contra el régimen de Marcos- haga buenas sus promesas de que no optaba al poder para satisfacer aspiraciones personales, sino como heredera del que fue su marido y líder de la oposición, Benigno Aquino, asesinado en el aeropuerto de Manila el 23 de agosto de 1983.

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