Reagan pide a sus aliados europeos sanciones económicas contra Libia, sin descartar una acción militar
Libia ha amenazado con "destruir toda isla o base" que sirva para una eventual '"agresión" contra su territorio, considerada inminente por el Gobierno de Trípoli. Este clima de tensión, descrito por la agencia oficial de noticias libia, Jana, contrasta con la declaración del primer ministro israelí, Simón Peres, que ha considerado innecesaria una guerra contra Libia, y con la postura de Ronald Reagan, que, sin descartar completamente una acción militar, se ha decidido por limitar sus represalias contra el régimen de Muammar el Gaddafi a las sanciones económicas. El presidente norteamericano pidió esta madrugada, tras definir a Gaddafi como un paria de la comunidad internacional, que sus aliados europeos se sumen a esas sanciones.
La amenaza del Gobierno de Trípoli, que ha ordenado la movilización de sus reservistas, parece especialmente dirigida a Italia, ya que la agencia Jana precisó ayer que "aviones estratégicos norteamericanos equipados con aparatos electrónicos" habían sido enviados "a la base de Sigonella, en Sicilia". Esta información ha sido desmentida por fuentes del Ministerio italiano de Defensa.La agencia añadió que una escuadrilla de aviones israelíes se posó el pasado domingo sobre un portaviones norteamericano de la VI Flota. El secretario general del Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP), Yasir Abdel Rabo, manifestó ayer que había informado a Trípoli de que Israel envió en los últimos días varias escuadrillas de aviones a bases, de la OTAN próximas a Libia. Washington ha desmentido todo preparativo de combate por parte de su flota en el Mediterráneo.
Una opción abierta
Israel, según declaró ayer su primer ministro, considera "suficiente" la imposición de "sanciones económicas y diplomáticas" contra Libia. De la misma opinión parece el presidente norteamericano, Ronald Reagan, quien en la madrugada de hoy tenía previsto anunciar medidas de ese tipo contra el régimen de Gaddafi, según anunció ayer un portavoz de la Administración norteamericana. "El presidente ha decidido adoptar sanciones económicas contra Libia", aunque "mantiene abierta la opción militar", dijo la fuente citada.
En su primera conferencia de prensa desde el pasado mes de septiembre, Reagan solicitó, el respaldo de sus aliados europeos a las medidas contra Gaddafi e incluir en su petición a Yugoslavia, Suiza y Austria.
La mayor parte de los Gobiernos europeos ha expresado su oposición a adoptar sanciones económicas contra Libia, y la Comunidad Europea tampoco está dispuesta a tomar medidas, en conjunto, contra el régimen de Gaddafi, al que Estados Unidos acusa de apoyar a los grupos terroristas que atacaron el mes pasado los aeropuertos de Viena y Roma.
La República Federal de Alemania, el Reino Unido, Italia, Holanda y Grecia manifestaron su rechazo a las sanciones contra Trípoli. El ministro de Asuntos Exteriores griego, Carolos Papoulias, ha solicitado una reunión de la Comunidad Europea para efectuar una "consulta urgente" sobre los diversos aspectos de este problema,
La reunión debería ser convocada por el presidente en ejercicio de la CEE, Holanda, que ha informado a Estados Unidos de su oposición a las sanciones económicas, según manifestó ayer el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores en La Haya. La CEE impuso el año pasado sanciones económicas a Suráfrica por su política de apartheid.
Las represalias norteamericanas tendrán por sí solas un efecto mínimo en la economía libia, puesto que, desde 1982, Washington no importa petróleo libio ni mantiene compromisos comerciales con ese país.
Europa sí tiene, en cambio, importantes lazos económicos con Trípoli.
Otro aliado norteamericano, Canadá, anunció ayer que no contempla la adopción de sanciones contra Libia. Muammar el Gaddafi ha obtenido además el apoyo de la Conferencia Islámica, que hará público en su reunión de Fez un documento de solidaridad con Trípoli, así como el de Arabia Saudí, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Sudán, Argelia, Marruecos, Polonia, la República Democrática Alemana y la Unión Soviética.
Washington prohibió las importaciones de petróleo libio y cortó las exportaciones a ese país el 10 de marzo de 1982, por lo que un boicoteo económico exclusivamente norteamericano afectaría mínimamente a Libia. Europa occidental, sin embargo, compra petróleo y mantiene otros lazos económicos con Libia.
El presidente norteamericano también propuso en la conferencia de prensa de esta madrugada la prohibición de que los aviones comerciales libios operen en los aeropuertos europeos.
Vuelos con Europa
Las líneas aéreas libias, Lybian Arab Airlines, que poseen una representación en Madrid, cubren líneas entre Trípoli y las siguientes ciudades europeas: Amsterdam, Atenas, Belgrado, Bucarest, Francfort, Estambul, Larnaca, Londres, La Valetta, Milán, Moscú, París, Roma, Zúrich, Sofía, Viena y Varsovia. Un Boeing 727 de esa compañía realiza cada martes un vuelo de ¡da y vuelta entre Madrid y Trípoli, ambos vía Argel.
La compañía española Iberia efectúa vuelos directos entre Madrid y Trípoli dos veces a la semana -en esta temporada, los lunes y jueves en ambos sentidos- que cubre un avión DC-9. Iberia tiene en la capital libia una delegación.
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