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Los autores de la matanza de Sídney lanzaron bombas en tuberías y en una pelota de tenis antes de disparar

Un informe policial describe un plan “meticuloso” que incluía esos artefactos, que no explotaron, y la grabación de un vídeo al estilo de los del Estado Islámico

Imagen del informe policial que muestra a Naveed Akram, uno de los autores de la matanza de Bondi, entrenando con un arma en Nueva Gales del Sur, donde se encuentra Sídney.Foto: NSW POLICE (via REUTERS)

Quince personas murieron y decenas resultaron heridas en el tiroteo del pasado 14 de diciembre en la popular playa de Bondi, en Sídney, pero esas víctimas podían haber sido muchas más. Según un informe policial divulgado este lunes por un tribunal australiano, los dos supuestos autores de la masacre, Naveed Akram y su padre, Sajid Akram, lanzaron al menos cuatro artefactos explosivos caseros, tres fabricados con tuberías y otro con la carga explosiva dentro de una pelota de tenis, contra la multitud que celebraba la festividad judía del Jánuca, antes de empezar a disparar. Las bombas no estallaron pero, según la policía, podían haberlo hecho. Eran “viables”, asegura el documento del cuerpo de seguridad.

El informe describe cómo la pareja de supuestos autores “planificó meticulosamente este ataque terrorista durante muchos meses”. El plan incluyó un entrenamiento previo con armas de fuego, la fabricación de explosivos y la grabación de un vídeo inspirado en los del Estado Islámico. El presunto autor de más edad, Sajid Akram, de 50 años, abatido por la policía, poseía seis armas de fuego. Su hijo, Naveed Akram, que sobrevivió, afronta cargos por 59 delitos, entre ellos asesinato y terrorismo, según el cuerpo de seguridad australiano.

Entre los nuevos detalles del ataque que incluye el documento policial figura que los dos hombres visitaron el parque junto a la playa de Bondi para reconocer el terreno dos días antes de perpetrar el tiroteo. El informe refleja varias fotografías que muestran a los sospechosos supuestamente entrenando con armas de fuego largas, como las que emplearon en el atentado contra la comunidad judía, en una zona rural aislada de Nueva Gales del Sur, el Estado más poblado de Australia, donde se encuentra Sídney.

La policía encontró también un vídeo grabado en octubre en el teléfono móvil de uno de los tiradores en el que ambos aparecen sentados frente a una imagen de la bandera del Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés). Los dos hombres hablan luego en inglés sobre los motivos del ataque y mencionan los actos “de los sionistas”, en alusión a Israel.

Una cámara de seguridad captó a los Akram el día del atentado, a las dos de la madrugada, hora local (las cuatro de la tarde en horario peninsular español), saliendo de una casa de alquiler en el suburbio de Campsie, cerca de Sídney. Ambos llevaban objetos largos y voluminosos envueltos en mantas.

La policía cree que se trataba de dos escopetas de un solo cañón, un rifle Beretta, tres bombas en tuberías, una bomba en una pelota de tenis y otro gran artefacto explosivo casero. Sobre las cinco de la mañana, los dos hombres se dirigieron a la playa de Bondi. Allí lanzaron las bombas a la multitud, pero los explosivos no estallaron, explica el documento presentado ante el tribunal que lleva el caso.

El informe policial detalla a su vez cómo los agentes hallaron también en esa casa alquilada equipo para fabricar artefactos, piezas de escopeta impresas en 3D y copias del Corán.

Un mes y medio antes del atentado, el 1 de noviembre, padre e hijo habían viajado a Filipinas, donde el ISIS tiene aún redes activas, informó la policía el pasado martes. Los dos presuntos terroristas abandonaron el país el 28 de noviembre, volando a Sídney vía Manila. El padre viajó con pasaporte indio, mientras que el hijo, nacido en Australia en 2001, tenía pasaporte de ese país.

La matanza de la playa de Bondi probablemente no fue peor, no solo porque las bombas caseras de sus autores no estallaron, sino porque un australiano musulmán de origen sirio, Ahmed al Ahmed —aclamado luego como un héroe—, logró desarmar a Sajid Akram. Antes del tiroteo, dos de las víctimas mortales, la pareja de sexagenarios judíos Sofia y Boris Gurman, habían tratado también sin éxito de frenar a ese mismo tirador.

Control de armas

Inmediatamente, tras este atentado, el peor tiroteo masivo en Australia desde 1996, las autoridades del país anunciaron que endurecerían la legislación de control de armas. El Parlamento del Estado de Nueva Gales del Sur está convocado este lunes para votar nuevas importantes restricciones a la posesión de ese armamento. Las propuestas incluyen limitar el número de armas de fuego que una persona puede poseer a cuatro, o hasta diez para ciertos grupos, como los agricultores.

Solo en Nueva Gales del Sur, hay más de 70 personas en el Estado que poseen más de 100 armas, según muestra un registro policial de armamento. Un único titular de licencia dispone de 298 armas.

A las puertas del Parlamento, el primer ministro de Nueva Gales del Sur, Chris Minns, ha declarado este lunes a los periodistas que esperan que haya oposición a este proyecto de nueva legislación, que incluye esas y otras restricciones, por ejemplo, del derecho de reunión tras un acto terrorista. Luego ha afirmado que esas nuevas leyes son “necesarias para mantener la seguridad de la comunidad”.

Ese proyecto legislativo otorgaría a la policía más poderes para identificar a quienes participen en protestas y manifestaciones, por ejemplo, para retirarles las mascarillas. En medio de duras críticas de Israel, especialmente de su primer ministro, Benjamín Netanyahu, que culpó al Ejecutivo australiano de la masacre por haber reconocido al Estado palestino, el Gobierno estatal del país se ha comprometido también a prohibir el lema “Globalizar la Intifada”, que, según afirma, fomenta la violencia. Los activistas propalestinos lo niegan y aseguran que ese eslogan llama simplemente a resistir globalmente a la opresión.

El primer ministro australiano, el laborista Anthony Albanese, se ha enfrentado, también dentro de Australia, a crecientes críticas por parte de la oposición, que le acusa de pasividad a la hora de frenar el aumento del antisemitismo. Este domingo, Albanese fue abucheado por parte del público durante un acto conmemorativo en Bondi al que asistieron decenas de miles de personas una semana después del tiroteo.

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