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Argentina negociará sólo el pago de los intereses de su deuda externa

El secretario argentino de Hacienda, Mario Brodersohn, admitió que la deuda externa argentina está cerca de los 50.000 millones de dólares y que el actual Gobierno democrático se dispone a negociar "sólo parcialmente" los intereses correspondientes al presente año, según manifestó ayer a la radioemisora Universidad de Córdoba. Según las últimas estimaciones privadas, los servicios de la deuda argentina estarán por encima de los 4.700 millones de dólares en el ejercicio actual.

Por otro lado, 16 regionales de la Confederación General del Trabajo (CGT), organización sindical más importante de Argentina, han exigido a los máximos directivos de la central que se negocie un nuevo reajuste salarial y que se estableza un calendario de protestas, incluyendo un paro nacional indefinido.

La huelga nacional contra la situación económica, y en apoyo de sus exigencias salariales, tendría lugar a finales del mes de enero durante 24 horas. La oferta gubernamental de aumento salarial es tan sólo de un 5%, según la oferta realizada el pasado 31 de diciembre.

En sus declaraciones a la emisora de radio, el secretario de Hacienda señaló que Argentina debe negociar, aparte del pago de los intereses, el importe total de la deuda y la cantidad que debe ser refinanciada. Brodersohn adelantó que el Gobierno de Raúl Alfonsín encara una negociación con la banca acreedora privada y los organismos internacionales "para sólo pagar parcialmente los intereses correspondientes al presente año".

Acuerdo con el FMI

El funcionario sostuvo asimismo que no se observa ningún inconveniente "serio para discutir con el Fondo Monetario Internacional (FMI) una renovación del acuerdo stand by", que vencerá en marzo próximo.Precisó el funcionario que las negociaciones incluirán tanto a los bancos comerciales acreedores como al Club de París, el FMI y el Banco Mundial. Aclaró al respecto que tales gestiones "se deberán discutir acá, en el país, dentro del esquema de política económica sobre cuya base se negociará".

Las movilizaciones sindicales contra la política económica del Gobierno Alfonsín, concretadas en sus recientes disposiciones salariales, han provocado una sensación de crisis en medios políticos argentinos, pese al éxito parcial que se interpreta está teniendo el gabinete en el encauzamiento de la difícil situación del país.

No obstante, el Gobierno no parece preocupado por la amenaza de huelga general de los sindicatos e interpreta que la única manera de salir del momento es mantener inalterable la política de ajuste.

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