Pinochet pretende seguir en el poder después de 1989

El presidente chileno, Augusto Pinochet, ha iniciado su campaña para seguir en el poder otros ocho años a partir de 1989, fecha fijada para el fin de su mandato. "El Gobierno [militar]", dijo Pinochet, "se proyectará más allá del año 1989. Yo no pido nada para mí; lo único que quiero es un puesto para luchar en la vanguardia contra el marxismo".

Las declaraciones de Pinochet, hechas el miércoles durante una gira por el sur del país, se produjeron horas después de que el jefe de la Fuerza Aérea y miembro de la Junta de Gobierno, general Fernando Matthei, dijera en Santiago que el diálogo con los civiles es necesario y que "son los propios chilenos los que, a comienzos de 1989, van a determinar libremente y en las urnas el futuro político" del país. Matthei dijo: "Esto no va a ser permanente, sino que hay una fecha límite. Ya no es una meta que se quiera alcanzar, sino que hay una fecha bien clara, y cada segundo que pasa nos acerca a ella".De acuerdo con la Constitución aprobada en 1980 mediante referéndum, la Junta de comandantes en jefe (órgano equivalente a la Junta de Jefes de Estado Mayor) deberá proponer en 1989 un candidato -presumiblemente Pinochet- para que el país se pronuncie en un plebiscito sin oposición. Si ese candidato perdiera el plebiscito, tendría que haber una elección presidencial amplia en 1990.

Diversos indicios muestran que en los últimos días el general Pinochet ha iniciado una campaña para preparar su continuidad en el poder a partir de 1989. Cuando la semana pasada cumplió 70 años, el aparato de propaganda estatal lo mostró levantando pesas, correteando y haciendo ejercicio, para mostrar su buena condición física.

El ministro secretario general y portavoz del Gobierno, Francisco Javier Cuadra, ha reiterado en actos públicos que el régimen quiere prolongar su labor e institucionalidad más allá del año 1989. Augusto Pinochet explicó mientras estaba en gira que, cuando las Fuerzas Armadas derrocaron en 1973 el Gobierno del socialista Salvador Allende, pensaron que "la situación terminaría pronto, porque debía cambiar".

"Nueva democracia"

"Pero", agregó Pinochet, "cuando nos adentramos en el Gobierno nos dimos cuenta de que los anteriores gobiernos habían destruido la democracia, por lo que era necesario montar una nueva democracia para vivir".

Pinochet criticó el Acuerdo Nacional para la Transición a la Democracia, que reúne a sectores de derecha y centro-izquierda opositores al régimen militar. El general aseguró: "Vemos con preocupación cómo los mismos que nos aplaudían son nuestros peores enemigos y están actuando y luchando contra el Gobierno o firmando documentos que no corresponden".

Acusó también Pinochet a los embajadores extranjeros de inmiscuirse en la política interna chilena. Fue una clara referencia a los embajadores de la Comunidad Económica Europea, que recientemente apoyaron el Acuerdo Nacional, y al nuevo embajador de Estados Unidos en Chile, Harry Barnes, que se ha reunido con numerosos sectores opositores y gubernamentales, indistintamente, a las dos semanas de llegar al país.

En cambio, para Matthei, el diálogo es necesario, y así lo reconoció el miércoles: "Como Gobierno militar -y asumo también plenamente mi responsabilidad- no hemos tenido la virtud que debiera tener todo Gobierno de ser abierto y conversar con todos. Creo que debemos abrir las puertas de un diálogo indispensable", afirmó Matthei.