El realizador e investigador Noel Burch reafirma en Bilbao su pasión por el cine mudo

Noel Burch (USA 1932), realizador y teórico del mundo del cine, ha reconocido en Bilbao su pasión por el género mudo, que prefiere y que le encanta porque, en el fondo, ha sido, en su opinión, un firme compromiso. El polémico Burch participa en la 27ª edición del Certamen Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao, que está contando con una moderada participación del público. Sin embargo, la expectación ha crecido ante el estreno del filme Euhn Metro, de Alfonso Ungría, cuya presentación tendrá lugar hoy en un pase de gala.Tras de la afirmación de Burch, "me considero primero un cineasta", se esconde la actitud de un personaje inquieto, combativo, sincero hasta la provocación que, en realidad, hubiera deseado disponer de los medios suficientes para dirigir películas.

La revuelta de mayo del 68 influyó, como en tantos otros casos de la época, de una manera decisiva en este cineasta apasionado que optó por el abandono progresivo de sus inicios en el estructuralismo para observar detenidamente y defender, posteriormente, los filmes de argumento, de contenido, inspirados en el realismo de los países del Este. Burch mantiene un ritmo trepidante en su comunicación con sus semejantes: "no pude hacer más cine del que hubiera querido porque no soy un hipócrita", asevera al relatar los motivos concretos por los cuales topó con dificultades a la hora de realizar y dirigir cine y, en consecuencia, se inclinó por la reflexión y la crítica de la industria y la producción del cine.

El certamen de Bilbao ha pretendido rendir un homenaje a Noel Burch con la presentación de su libro Itinerarios, la educación de un soñador del cine, editado por la caja de ahorros vizcaína.

Invasión estadounidense

La presencia de tres de los más destacados realizadores de la filmografía animada (Karel Zenan, Robert Blaser y Leif Marcusen) ha aportado al encuentro de Bilbao una visión nueva de un género del que se desconoce prácticamente todo en la capital bilbaína. Mientras tanto, los representantes del cine de Quebec, Pierre Perrault y Pierre Jutras, han aprovechado la ocasión para manifestar su más radical oposición a la omnipotencia de la industria cinematográfica norteamericana: "el cine francófono en Canadá está invadido por la Coca-Cola yanqui. Somos una minoría con la misión de resistirnos a esa invasión estadounidense", han señalado.